El ex ministro cree que los "seis años perdidos" con Zapatero pueden "hurtar" la llegada "algún día" de la alta velocidad a la comunidad

SANTANDER, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ex ministro de Fomento Francisco Álvarez-Cascos ha calificado de "espejismo" y "falta de respeto" el plazo de 2015 para la llegada del AVE a Cantabria que contempla el protocolo suscrito el pasado mes de agosto entre el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, y el actual titular de Fomento, José Blanco.

"Poner plazos irrealizables como el del año 2015 parece una falta de respeto a los ciudadanos a los que se pretende engañar con un espejismo condenado a desvanecerse a medida que se acerque inexorablemente la fecha que hoy nos parece muy lejana, pero que cualquier conocedor de la materia sabe que es de imposible cumplimiento", ha manifestado.

Cascos ha repasado los trámites realizados bajo su gestión y con los Gobiernos socialistas para la alta velocidad, y ha lamentado que los seis años "perdidos" con los mandatos de José Luis Rodríguez Zapatero, pueden suponer que se "hurte" la llegada "algún día" de la alta velocidad a la comunidad autónoma.

Así, se ha referido a que bajo su mandato se licitó, en el año 2000, el estudio informativo del tramo Alar del Rey-Santander, aprobado provisionalmente en 2003; en 2004, la redacción de Reinosa-Corrales, mientras que con la llegada de Zapatero este tramo sufrió un retraso y en octubre se "certificó su defunción" con la anulación del concurso.

Hasta la firma del protocolo han pasado seis años en los que la variante Reinosa-Los Corrales "podría y debería" estar en "avanzado" estado de obra, y el Corredor del Cantábrico, en fase de redacción de proyectos para que se pudieran licitar ya en la próxima legislatura.

"Seis años que no podrán borrarse de la historia de Cantabria porque no sólo han supuesto el frenazo a la alta velocidad sino que, además, pueden hurtar a los cántabros la posibilidad de que la alta velocidad llegue algún día a la región", ha sentenciado.

El ex ministro ha explicado al público el concepto de alta velocidad europea, y ha criticado los "eufemismos" y "camelos" del Gobierno socialista, como ha denominado a los conceptos de ferrocarriles de velocidad alta, de altas prestaciones o "mini ave del Cantábrico".

En este sentido, ha incidido en que en los planes para Cantabria la alta velocidad se "detiene" en Reinosa "a más de 70 kilómetros de Santander", en lugar de iniciar, como tramitó su gobierno, los proyectos por los "tramos críticos", los de más difícil orografía, caso de la licitación de la redacción del proyecto de la variante Reinosa-Corrales.

Lo proyectado, ha aseverado, no se corresponde con los requisitos europeos para la alta velocidad, que consideran "imprescindible" que se circule "ininterrumpidamente" desde Palencia o Reinosa hasta Santander por un corredor ferroviario construido "especialmente", y no "adaptado", como señala que se proyecta en este caso en lo que en Europa se denomina "ferrocarril convencional".

Preguntado sobre los altos costes de este proyecto, Álvarez-Cascos ha pedido a los cántabros que "calculen" los costes en términos de desarrollo económico, competitividad y empleo. "DESEQUILIBRIO" FERROVIARIO

El político 'popular' se ha expresado así en Santander, en un foro sobre la alta velocidad organizado por la asociación Euroconsumo Cantabria al que han asistido más de 200 personas, a las que ha alertado de que el nuevo mapa ferroviario español "que se avecina si no cambian las cosas" presentará un "desequilibrio muy acusado" en el noroeste del país.

Para Cascos esto supone continuar con la tendencia de "las dos Españas" en alta velocidad que él percibe en los Ejecutivos socialistas, y que ha recordado que sucedieron tanto antes de la llegada de Aznar como después.

El ex ministro de Fomento le ha pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que "por deber patriótico" y en interés de la política "transeuropea", tenga "grandeza de miras" y actualice los plazos "en función de su margen de maniobra presupuestaria" pero sin "cancelar" las "ambiciones legítimas de modernidad y progreso de Cantabria". "Ya vendrán otros a completar la obra pendiente", ha sentenciado para finalizar su intervención.