SANTANDER, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Al Sindicato de Médicos de Cantabria (CESM) y al Sindicato de Médicos Anestesiólogos (SIMAC) no se les ha pasado "en ningún momento por la cabeza" la desconvocatoria de la huelga indefinida que mantienen en el Servicio Cántabro de Salud (SCS) porque, a su juicio, la salida al conflicto tiene que ser una "negociación limpia y real".
Dicen que "alguien tiene que tener capacidad política" en el Gobierno regional para "tomar una decisión" que ponga fin al conflicto. "Aunque sea llevarnos a galeras y llevarnos esposados a trabajar", si el sistema sanitario no puede soportar por más tiempo la situación, aseguró hoy el vicepresidente del Sindicato Médico, Vicente Alonso, que compareció en rueda de prensa acompañado de otros representantes de CESM y SIMAC.
Tampoco ponen pegas los médicos a que la solución al conflicto sea un "laudo arbitral". Aunque consideran que sería "vergonzoso" llegar a un laudo "sin haber negociado" previamente, opinan que es la Administración la que tiene que dar el próximo paso, porque es la que "tiene la sartén por el mango" y "la pelota" se encuentra "en su tejado".
Lo que tienen claro es que no pueden desconvocar ellos la huelga y volver a trabajar sin más, porque supondría un "importante problema sanitario", ya que los profesionales están "quemados" y no desarrollarían bien su trabajo.
En cualquier caso, por lo que están "ansiosos" es por conocer qué opina de todo este asunto el presidente regional, Miguel Ángel Revilla, ya que, desde su punto de vista, tiene la "obligación" de intervenir o de, al menos, recibir a los sindicatos convocantes de la huelga.
No obstante, Vicente Alonso no es optimista porque, según recordó, antes de iniciar la huelga remitieron cartas para pedir entrevistas con la vicepresidenta, Lola Gorostiaga, y con el presidente, pero, como no son "Boris Izaguirre ni el peluquero del Ritz", no les han contestado. "Les debe parecer más importante hablar de chascarrillos que de sanidad", sentenció.
Además, duda de la capacidad de decisión de Revilla y, cuando pide que les escuche "quien esté arriba", cuestiona si esa persona es el presidente, o son quizá la vicepresidenta o el consejero de Economía, Ángel Agudo. Como sea, Alonso insistió en que "alguien tiene que tener capacidad política para tomar una decisión".
SANIDAD "APRIETA"
Los dos sindicatos rechazan además el "ultimátum" de la Consejería de Sanidad y del SCS cuando advierten de que ya han hecho su última oferta y de que para negociar, se debe desconvocar antes la huelga. En palabras de Alonso, cada vez que los profesionales piden negociación la Administración lo interpreta como una "debilidad" y les "aprieta más".
Por ello, dejó claro que por esa vía no se va a llegar a la solución. "Estamos dispuestos a desconvocar la huelga cuando se negocie, pero las medidas de presión nos llevan a mantenernos erre que erre", indicó al respecto Alonso, quien lamentó además que "nadie" se había comportado con ellos de esa forma, desde la "época del franquismo".
En su opinión, la Administración se está "escondiendo detrás de una cortina de buena voluntad" y está creando una "nebulosa", pero está "apretando" a los profesionales y es la responsable de la "crispación" actual. Frente a ello, los sindicatos reclaman una negociación "con luz y taquígrafos" y proponen mantener un "debate público" en el que, a su juicio, Sanidad no querrá sentarse porque los médicos tienen "datos y papeles".
"PORQUERÍA PARA NEGAR LA REALIDAD"
Tras subrayar que no hay ningún paciente que necesite "asistencia inmediata" que no la esté recibiendo, Alonso resaltó que la de los médicos es una huelga "limpia, sin piquetes", en la que "no se está forzando" a los profesionales para que la secunden.
Rechaza por ello las calificaciones de "terroristas" que ha dirigido la asociación El Defensor del Paciente tanto a los convocantes como a la Administración y reconoció que esta huelga es un "problema grave para todos". "No jugamos con la salud de nadie", sentenció.
En cuanto al fondo del asunto -las discrepancias laborales con la Administración-, resaltó que no se trata sólo de un problema salarial, sino también organizativo y de horarios de trabajo. Negó además que los médicos cántabros cobren 70.000 euros anuales. Según dijo, la media es de 35.000 euros y los que llegan a los 70.000 es por hacer 2.267 horas más de trabajo, que son "horas extraordinarias obligadas".
Rechazó asimismo que vayan a paliar su merma salarial por la huelga realizando 'peonadas', un sistema contra el cual, en palabras de Alonso, "siempre" ha luchado el Sindicato Médico.
Respecto a las críticas de la Administración al hecho de que negocien en la huelga médica profesionales que trabajan en la privada y de que intentan así "trasladar" costes laborales de la sanidad privada a la pública, Vicente Alonso recordó que en la privada no hay representantes sindicales porque cada médico ejerce con su licencia fiscal y consideró que esas afirmaciones son una forma de "echar porquería para no reconocer la realidad" de que las condiciones en el sistema público no son buenas.
"DÓNDE ESTÁ EL DINERO"
En lo que se refiere a la última oferta realizada por la Administración a los sindicatos, la calificó de "terriblemente insuficiente" y se preguntó por qué en otras comunidades autónomas sí hay dinero para atender las reclamaciones de los profesionales médicos. "El problema de esta Asministración es dónde está el dinero", apostilló el representante sindical, quién cuestionó "por qué hay tantas familias viviendo del organigrama del Servicio Cántabro de Salud", en el que hay muchos "maridos y mujeres".
Por último, aludió al teléfono de información habilitado desde hoy por el SCS para atender las dudas y quejas de los usuarios motivadas por la huelga. En su opinión, "se entiende con gran dificultad" que si importa tanto el paciente, no se haya puesto un teléfono gratuito y se haya optado por un 902.