Blanco achaca el "problema" de la fábrica a que la gestión era una "chapuza" y niega "ningún pelotazo"

Salvador Blanco, Exconsejero Delegado Sodercan, En La Comisión De GFB.
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 3 noviembre 2011 18:56

El exconsejero delegado de Sodercan dice que hizo "lo imposible" para que echara a andar GFB, que es "un momio" para la competencia

SANTANDER, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

El exconsejero delegado de Sodercan Salvador Blanco ha achacado el "problema" de la fábrica GFB de Orejo a los "gestores" que, en su opinión, "en algunos casos" no actuaron con el "rigor" que debían, sino que llevaron a cabo una gestión "un poco chapuza", mientras que la empresa pública dependiente del Gobierno de Cantabria ha actuado siempre con el "máximo rigor", además de con "profesionalidad y transparencia". Asimismo, ha negado que hubiera "ningún pelotazo" en torno a la adquisición de la maquinaria o el proyecto en sí.

"Hicimos todo lo posible e imposible" porque la planta de fibroyeso echara a andar, ha admitido durante su comparecencia ante la Comisión de Investigación habilitada en el Parlamento regional a petición del PP para intentar esclarecer lo ocurrido en torno al proyecto, que se encuentra bajo la administración concursal pese a que no llegó a iniciar la producción. Además, sus 77 trabajadores se vieron afectados por distintos EREs (Expedientes de Regulación de Empleo).

En la primera parte de su intervención, que se ha prolongado durante tres horas y media, Blanco ha remarcado que el "problema" de GFB no está en su ubicación --se cambió la inicial de Reinosa por la de Orejo para que estuviera más cerca del puerto, toda vez que el grueso de la producción se reorientó a la exportación--, la instalación o la maquinaria, sino "en los gestores".

En este sentido, ha admitido que el socio mayoritario, la empresa costarricense Euroamérica, dependiente del grupo Pujol Martí y que ostenta el 70% de las acciones, "no era el mejor gestor". "Queríamos otro", ha apostillado, para recalcar que no era un socio "proactivo" mientras que Sodercan nunca hizo "dejación de responsabilidades".

También ha opinado que la planta, a la que los socios han aportado 72 millones de euros --25 Sodercan y 47 Euroamércica-- es "un momio", "una bomba" para cualquier empresa del sector interesada en la producción de placas de fibroyeso, debido a la instalación y a la "buena" maquinaria, como han corroborado expertos en la materia e, incluso, "la competencia". "No es chatarra", ha asegurado.

El exconsejero delegado de Sodercan, --que ha declarado ante la Comisión de Investigación a continuación de su antecesor en el puesto, José Villaescusa--, ha indicado que desde que tomó posesión del cargo, en enero de 2008, hasta que cesó en el mismo, en julio de este año, no ha habido "en ningún momento" informe alguno que indicara que el proyecto era "inviable".

INVESTIGACIÓN DE LA FISCALÍA

Además, se ha referido a la denuncia que la OID, la Organización Impulsora de Discapacitados, presentó en abril de 2008 ante la Fiscalía Anticorrupción para que investigara supuestos delitos en GFB. Ha asegurado al respecto que Sodercan remitió al fiscal un informe que elaboró sobre la fábrica, desde su gestación hasta el momento actual, informe que acompañó de diversa documentación sin que la justicia haya "encontrado nada".

Lo que sí se produjo fue, según ha dicho, "un punto de inflexión" en las relaciones con los socios mayoritarios, que padecían "altibajos" y se venían "deteriorando" desde 2007. "Las cosas no estaban bien", ha admitido, antes de comentar que en los consejos de administración "se mascaba la tensión" y "temblaban las piernas".

Por aquel entonces también se habían "encendido un poco las alarmas" en torno al futuro del proyecto, y Sodercan adoptó una posición "mucho más dura" respecto a los costarricenses. Así, toda vez que se estaba perdiendo la "confianza", les dijeron "basta ya" y les exigieron "con una dureza inusitada" que cumplieran los compromisos establecidos y en los plazos marcados.

Pero, aunque no gestionaban con "rigor", los socios mayoritarios insistían en que iban a aportar el dinero que "hiciera falta". De hecho, en 2008 Euroamérica pagó 6 millones de euros, es decir, mil millones de las antiguas pesetas que "no son tres perras".

Tras reflexionar que "no tiene lógica" que pongan "mucho dinero" y que esta aportación sea para "liquidar" la compañía, Blanco ha explicado que a principios de 2009, en un "último intento por salvar la fábrica", suscribieron un protocolo en el que, entre otras cuestiones, se exigía al socio mayoritario que aportara la cuantía que le correspondía antes del 31 de marzo para iniciar así la producción en junio.

Acuerdo que se incumplió, por lo que se instó el concurso de acreedores, que se aprobó en abril, después de que, según ha reiterado Blanco, la empresa pública hubiera hecho "todo lo posible e imposible" para poner la factoría en marcha.

"Pasé muchas noches sin dormir", ha confesado, para indicar que antes y después del concurso de acreedores estuvieron trabajando para encontrar un socio que arrancase GFB, extremo que contó tanto con el beneplácito de los costarricenses como de los acreedores.

RUIDO POLÍTICO-MEDIÁTICO

Como ha añadido, en dos ocasiones estuvieron a punto de "firmar" tal acuerdo, con una empresa colombiana --con la que se había suscrito incluso un protocolo previo-- y con otra de Italia, a donde Sodercan llegó a viajar para firmar el acuerdo.

"No es muy normal", ha manifestado, para referirse a continuación al "ruido político-mediático" que se estaba produciendo en aquel momento en torno a GFB, una "trifulca" y unos "rifirrafes" --ha añadido-- que "ahuyentaban" a posibles inversores y estaban "estropeando" cualquier labor en esta dirección.

Además, ha recordado Salvador Blanco, esta situación se sumó al hecho de que el mercado del yeso estaba en aquel momento "en caída libre"·

MAQUINARIA

En cuanto a la maquinaria, el exconsejero delegado de Sodercan ha indicado que GFB la adquirió en 2004 en el mismo importe que pagó Euroamérica cuatro años antes, 44 millones de euros.

Ha explicado también que se acordó encargar un peritaje de la misma porque "no tenían la certeza" --sino más bien "dudas razonables"-- sobre el valor y el estado de las máquinas tras el paso del tiempo.

Dicho peritaje se llevó a cabo en 2008, una vez estaban ya instaladas en Orejo, porque era "la única posibilidad" de saber "el coste real".

Y es que, antes de llegar a Cantabria, las máquinas se encontraban embaladas en Bremen, en otro puerto alemán y en Houston, según ha concretado Salvador Blanco, lo que hacía "prácticamente imposible" tal valoración.

A continuación, ha indicado que se peritó prácticamente en el mismo importe en que se compró; "un poquito menos", ha precisado, para añadir que la diferencia se anotó como deuda de Euroamérica.

"No busque problemas o cosas raras donde no las hay", ha pedido Salvador Blanco a la portavoz del PP en la Comisión, María Antonia Cortabitarte, a quien ha asegurado que no ha habido "ningún pelotazo" en torno a la adquisición de la maquinaria o la propia puesta en marcha de GFB.

De hecho, ha insistido en que la maquinaria "no es chatarra", sino "excelente", y que la fábrica de Orejo es "un momio" para la competencia, una "bomba" para cualquier empresa interesada en la producción de fibroyeso.