Se trata de dos edificios deshabitados, situados en los números 54 y 56, que fueron declarados en ruina a finales del pasado año
SANTANDER, 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los trabajos de derribo de dos antiguos edificios en estado de ruina en Campogiro han comenzado esta semana a cargo de sus propietarios, que fueron también quienes solicitaron la declaración de ruina.
El concejal de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda, César Díaz, ha explicado en un comunicado que se trata de dos construcciones que datan de 1930 y 1950, situadas en los números 54 y 56 de Campogiro, que llevaban tiempo desocupadas.
El Ayuntamiento declaró en ruina ambos inmuebles a finales del pasado año tras analizar la petición de la propiedad y comprobar los técnicos municipales el mal estado generalizado de ambas edificaciones.
De los dos edificios que se están derribando, el más antiguo es el que se levantaba en el número 54, que fue construido en el año 1930 a base de muros de carga, forjados de madera, cubierta de ripia y teja sobre estructura de vigas y viguetas de madera.
La edificación tenía una superficie construida de unos 552 metros cuadrados en los que se distribuían dos locales comerciales (en la planta baja) y varias viviendas repartidas en las dos plantas de piso y bajo cubierta (dos viviendas por planta).
La construcción se había ido deteriorando y en el momento de la declaración de ruina presentaba un mal estado generalizado, hasta el punto que la fachada medianera se había derrumbado parcialmente, la trasera mostraba también un gran deterioro y había daños en la cubierta y la estructura.
En el caso del edificio contiguo, situado en el número 56 y construido en 1950, la superficie era de unos 418 metros cuadrados y albergaba tres viviendas, un local y un garaje.
Los informes emitidos por los servicios técnicos municipales señalaban que la estructura de madera del edificio estaba en mal estado. Además, había riesgo de desprendimiento en los aleros de la cubierta y daños en las fachadas.
Con la declaración de ruina de ambos inmuebles y su demolición, se elimina un posible riesgo de desprendimientos o daños a peatones o vehículos, ha señalado Díaz, quien ha agregado que los propietarios deberán limpiar también la finca y consolidar el solar y los cierres.
