"El daño ya está hecho, no puedo más que pedir perdón"

La acusación particular, que representa a los padres de la víctima, reduce su petición de pena de 22 a 17 años

última Sesión Del Juicio
EUROPA PRESS
Europa Press Cantabria
Actualizado: miércoles, 9 septiembre 2015 13:58

   SANTANDER, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El acusado de matar a su amigo y "socio" en el cultivo de marihuana en un chalet de una urbanización de la localidad de El Castillo, en Arnuero, ha utilizado su derecho a la última palabra para "pedir perdón" a los padres, la hermana y la novia de la víctima y manifestar su arrepentimiento. "El daño ya está hecho, no puedo más que pedir perdón", ha dicho.

   "Lo único que puedo hacer es pedir perdón a las víctimas. De verdad, estoy arrepentido de lo que hice pero no puedo cambiar lo que pasó", ha expresado el acusado, I.F.A, que ha reconocido haber matado a su amigo de 56 puñaladas en diciembre de 2013.

   En sus últimas palabras ante el jurado popular que dirime sobre estos hechos en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, ha indicado que quiere "pedir perdón a sus padres, su hermana y su novia" aunque "el daño ya está hecho". "Lo siento de corazón", ha aseverado.

   I.F.A. se ha pronunciado así este miércoles en la última sesión del juicio y una vez que las partes han expuesto sus informes finales, en los que la Fiscalía ha mantenido la petición de pena de 17 años de prisión por asesinato más la indemnización de 150.000 euros para los padres y 10.000 euros para la novia.

   Mientras que la acusación particular, que representa a la familia, ha modificado su solicitud de 22 años y la ha rebajado a 17, al tiempo que ha eliminado la reclamación de indemnización para la hermana y ha rebajado la de los padres de 250.000 a 150.000 euros.

   Por su parte, la defensa ha insistido en que el acusado acepta los y reconoce los hechos que le imputa el fiscal pero en ningún caso "tenía una intención preconcebida de matar a su amigo" como ha dicho un agente de la Guardia Civil, al que ha acusado de "faltar a la verdad" por decir en el juicio, pero no en ninguna de sus declaraciones anteriores, que I.F.A. le había reconocido que acudió a la vivienda sabiendo que iba a matarle.

   En la sesión de este miércoles también han declarado los forenses que hicieron la autopsia a la víctima y acudieron al levantamiento del cadáver y varios psicólogos que han examinado al acusado.

   Tras varias entrevistas y pruebas, estos últimos han determinado que el acusado tiene una "personalidad dentro de lo normal" en la que no se aprecian "rasgos relevantes" de ninguna patología. "El informe concluye que el acusado no presenta ningún trastorno mental ni de personalidad", han dicho.

   CUATRO HERIDAS MORTALES

   Por su parte, los forenses han mostrado al jurado las imágenes tanto de la autopsia como del levantamiento del cadáver sobre un proyector, al que I.F.A. no ha mirado en ningún momento, y con el que se han detallado las lesiones que presentaba el cuerpo de la víctima.

   Han explicado que, de las 56 puñaladas que presentaba el cadáver y que fueron causadas con un cuchillo (de 33,5 centímetros de longitud y 4 de ancho), la mayoría eran superficiales y sólo alcanzaban hasta el plano muscular, pero "cuatro eran mortales de necesidad" porque afectaron a órganos vitales como el corazón, los pulmones y el hígado.

   "En el caso de las de los pulmones y el hígado, si hubiesen sido aisladas --es decir, si sólo hubiera presentado una de esas lesiones--, podría haber sobrevivido con una rápida intervención médica, pero con la del corazón no", ha indicado la forense, que ha manifestado que, con esa herida, la supervivencia es "de un minuto si llega".

   Pero el conjunto de lesiones que presentaba, sumado a que el cuerpo "no estaba en reposo sino que se encontraba nervioso y en estado de taquicardia aumentando así el bombeo de sangre", el tiempo que continúo viva la víctima fue "muy pequeño".

   En otro orden de asuntos, los forenses han ensalzado la fuerza con que se realizaron algunas de las puñaladas ya que el cuchillo seccionó una vértebra y también una costilla. Asimismo, han asegurado que las 9 puñaladas que el cuerpo presentaba por la espalda se realizaron cuando aún estaba de pie.

   También se han detenido en un "gran golpe" que el cuerpo de la víctima presentaba en la parte anterior del cuello y que fue causada por "un objeto redondeado y sin aristas". En este sentido, tanto el fiscal como la acusación particular insisten en que fue causado por la rodilla del acusado, que inmovilizó así a su socio en el suelo para continuar apuñalándole y asegurándose de que no podría defenderse y que él no sufriría ningún daño.

   En cuanto a la herida que tenía I.F.A. en la mano, los dos forenses y también unos peritos han coincidido en que pudo producirse tanto al arrebatar el cuchillo a su amigo y socio --corroborando por así la versión del acusado que dijo que el otro cogió primero el arma--, como al asestar las puñaladas a la víctima.

   "NINGÚN SENTIDO QUE ACABASE CON SU VIDA"

   En su informe, el fiscal ha considerado "claro y acreditado" que I.F.A. no se había llevado las plantas por lo que "parece obvio" que hubiese sido la víctima o alguien de su entorno, hecho por el que, sin embargo, ha enfatizado que "no tenía ningún sentido que acabase con su vida".

   También cree que, en base a las declaraciones y pruebas vistas en el juicio, ambos no se pelearon cuando llegaron a la vivienda, a la que I.F.A. había acudido con una "defensa extensible en previsión de lo que podía ocurrir". En este punto, ha elucubrado con la posibilidad de que el acusado pudiese también llevar el cuchillo ya que éste no era del propietario del chalet y considera que no es un útil habitual para el cultivo de la marihuana.

   El fiscal cree que, tras hablar en la planta de arriba, la víctima bajo hacia el garaje y el acusado cogió el cuchillo y descendió detrás de él. "Por la espalda y de forma sorpresiva, le asestó nueve puñaladas", ha dicho, al tiempo que ha insistido en que fue un "ataque súbito e inesperado" para la víctima.

   Y es que, ha ensalzado, el cuerpo de la víctima y la sangre estaban en el lado derecho del garaje y no el izquierdo donde se encontraba la salida, que es "hacia donde hubiese ido cualquier persona que ve o cree que la otra le quiere matar".

   La acusación particular ha coincidido con las conclusiones del fiscal pero ha matizado que, en base a la versión de un agente de la Guardia Civil, I.F.A. tenía aquel día "intención de matar a su amigo" sintiéndose "frustrado y engañado" por la desaparición de las plantas de marihuana.

   El letrado que representa a la familia a la víctima ha insistido en que un agente de la Guardia Civil declaró en el juicio --aunque no lo hizo en dependencias policiales ni en la instrucción del caso, según la defensa-- que el propio acusado le reconoció que acudió al chalet sabiendo que "iba a matarle".

   "Experto en karate, tras asestarle las primeras puñaladas, el acusado le puso la rodilla en el cuello y le cosió a puñaladas sin que tuviese ninguna posibilidad de defenderse o de herirle", ha manifestado la acusación particular, que ha ensalzado que la víctima "se metió en un cajón del que no pudo salir".

   CRIMEN "PREMEDITADO" VS "SOBREVENIDO"

   Mientras que la acusación particular ha insistido en que el crimen fue "premeditado" porque I.F.A. iba a "matar y evitar ser descubierto", la defensa ha manifestado que fue un suceso "sobrevenido".

   El abogado del acusado ha manifestado que los hechos que se le imputan a I.F.A. son "ciertos" como él mismo ha reconocido con un relato en el que, a su juicio, "se ha desnudado" ante el jurado para contarle como "recuerda que sucedieron los hechos", los cuales "quiere olvidar".

   El jurado popular que ve esta causa en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria se reunirá este jueves, 10 de septiembre, a partir de las 10.30 horas, para determinar su veredicto.

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