SANTANDER, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -
La escritora madrileña Menchu Gutiérrez realiza con su libro 'El faro por dentro' un "viaje emocional" por la "intensa vida" que discurre en los faros, en uno de los cuales vivió durante más de 20 años.
Además, con esta obra, la autora no solo homenajea al edificio en sí, sino también a los fareros y a las personas encargadas de su mantenimiento.
Afincada en la localidad cántabra de Liérganes, Gutiérrez presentará este martes, 8 de marzo, a las 20 horas en la Tribuna Literaria del Casyc su último libro, que sirve de "prólogo y epílogo" a una anterior novela, 'Basenji'.
En este sentido, la autora ha explicado, en rueda de prensa, que 'El faro por dentro' es "bicéfalo" ya que nació en dos etapas.
La primera de ellas coincide con 'Basenji', que surgió a los dos o tres años de comenzar a vivir en el faro. Se trata de algo "parecido" a una novela, una "especie" e thriller psicológico que gira en torno a una criatura que nació en el faro: un basenji, un perro mudo, que "no ladra jamás".
Gutiérrez escribió la segunda parte de la obra años después, cuando ya era "inminente" el abandono del faro. Así, 'El faro por dentro' es "prólogo y epílogo" de 'Basenji', con el que "dialoga". "Lo escribo para que dialogue con ese libro", ha asegurado Gutiérrez.
El libro está articulado en torno a la última vez que subió la escalera del faro. Así, aunque no es una biografía, recoge una "emoción muy especial", pero de carácter "internacional", ya que no versa sobre un faro o historia en concreto, sino sobre "un faro y un yo universal".
AVENTURA LITERARIA
Esta "aventura literaria" ha supuesto una experiencia "muy enriquecedora" a la vez que "muy compleja" para Gutiérrez, que destaca las "dos vidas" que se suceden en los faros, la diurna y la nocturna, y la "transformación" que se da entre una y otra.
En su opinión, es un lugar "arquetípico", al que mucha gente acude en peregrinación, como si fuese una iglesia. "Para la gente del mar lo es", ha reflexionado.
Tras indicar que el faro "está siempre solo", Gutiérrez ha señalado que este hecho "favorece la introspección". "Es un regalo vivir en un faro", ha comentado, a la par que ha manifestado que, cuando se sube por las escaleras, "cada peldaño invita a la reflexión".