El obispo presidirá mañana la solemnidad de La Asunción, Virgen titular de la Catedral de Santander

Actualizado: viernes, 14 agosto 2009 19:36

A las 12 horas se rezará el Ángelus y los niños depositarán una ofrenda floral a los pies de la Virgen de la Plaza de Atarazanas

SANTANDER, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Santander, Vicente Jiménez, presidirá mañana los actos religiosos con motivo de la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, titular de la Catedral desde 1752, año en que se creó la Diócesis de Santander. Además, ésta es la segunda ocasión del año en que se impartirá a los fieles la bendición papal con indulgencia plenaria.

Los actos comenzarán poco antes del mediodía, momento en que sonarán todas las campanas de la torre de la Catedral. Después los fieles, congregados en la plaza de la Asunción (Atarazanas), entonarán el 'Salve Madre' y feligreses y niños de las parroquias del centro de la ciudad efectuarán la tradicional ofrenda floral a los pies del monumento de la Virgen. El acto que será presidido por el obispo, que estará acompañado por el Cabildo catedralicio. Posteriormente el prelado dirigirá el rezo del Ángelus en la plaza.

El obispo animó a que acudan a esta solemnidad "el mayor número de familias", ya que esta fiesta litúrgica ha sido tradicionalmente muy popular en la ciudad y, en concreto, para los fieles del centro de la capital.

Concluidos los actos de la plaza, se subirá en procesión a la Catedral donde se celebrará la Misa Estacional con la participación del coro A Capella que dirige Manuel Galán. A su término, el obispo impartirá la bendición papal que conlleva indulgencia plenaria.

Además, a las siete de la tarde, Jiménez presidirá en la Catedral el rezo del oficio de las Vísperas, y a las 20.45 horas se iniciará un concierto en el que intervendrá el coro de cámara A Capella junto al maestro y organista Norbert Itrich.

El 15 de agosto la Iglesia universal celebra el Misterio de la Asunción de la Virgen a los Cielos en cuerpo y alma, que fue proclamado dogma de fe por el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950. Este dogma enseña que la resurrección anticipada de María y su asunción a los cielos en cuerpo y alma es un anticipo de la misma suerte que gozarán el resto de los cristianos en virtud de los méritos alcanzados por Cristo.