Oria asiste a la XI Feria de la Hoya del Valle de Villaverde, de Interés Turístico Regional

El eje principal de la fiesta gira entorno a la elaboración de carbón vegetal mediante este método tradicional

Europa Press Cantabria
Actualizado: domingo, 1 agosto 2010 21:53

SANTANDER, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad del Gobierno de Cantabria, Jesús Oria, ha asistido a la XI Feria de la Hoya en el Valle de Villaverde. Este evento, declarado de Interés Turístico Regional, está organizado por el Ayuntamiento del Valle de Villaverde y la Asociación Cultural La Tejea. La feria se caracteriza por el encendido de una hoya carbonera, al estilo de los antiguos carboneros del valle, que después de unos diez días de cocción se convertirá en carbón vegetal.

La fiesta se completa con la organización de una amplia programación deportiva y lúdica, además de una muestra de artesanos y productores agroalimentarios de la zona. El acto principal ha sido la degustación de novillo asado, evento que ha estado amenizado por la banda de gaitas 'Naveda' de la Hermandad de Campoo de Suso.

El municipio del Real Valle de Villaverde pretende con esta feria recuperar la tradición de elaborar carbón vegetal mediante el uso de técnicas ancestrales. La hoya que fue encendida la semana pasada y ha permanecido así hasta el domingo.

ELABORACIÓN DE CARBÓN VEGETAL

La elaboración de carbón vegetal mediante el método de la hoya representó una forma de vida muy arraigada del Real Valle de Villaverde durante décadas. El carbón vegetal se obtenía mediante la combustión incompleta de la madera en carboneras; para ello, se empleaba madera de castaño, encina, roble y bortos, arbusto que alcanzaba los dos o tres metros de altura.

La forma más primitiva de elaborar el carbón era mediante hoyas donde se le cargaba la leña y se le sometía a una combustión lenta. Las hoyas se construían amontonando la leña verticalmente, por capas, alrededor de varias estacas centrales que hacían de chimenea, formando una especie de cono. Todo el conjunto se recubría con tierra.

Se prendía con algunas ramas la chimenea, hasta que el fuego se propagaba a los troncos próximos. Entonces se tapaba la chimenea y se iban abriendo algunos orificios laterales para la entrada del aire, tapándolos y abriendo otros para que la combustión fuera extendiéndose a las sucesivas capas de leña.

Una vez terminada la combustión, se tapaban todas las aberturas y se dejaba extinguir el fuego. La operación duraba varias semanas y había que vigilarla continuamente para que no ardiese y se estropease. Se obtenía así carbón vegetal, apreciado por las ferrerías por su gran poder calorífico, y además no contagiaba de impurezas al hierro que elaboraban los ferrones.

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