Piden 7 años de cárcel para tres acusados de retener y golpear a un hombre con el que se fueron de fiesta

Actualizado: sábado, 25 junio 2011 19:22

Le obligaron además a pagar varias compras y una habitación de hotel de la que se llevaron después el televisor

SANTANDER, 25 Jun. (ERUOPA PRESS) -

La Fiscalía cántabra solicita una condena de siete años y tres meses de prisión para cada uno de los tres acusados que se sentarán el próximo martes en el banquillo por retener y golpear a un hombre con el que se fueron a celebrar una fiesta, y al que obligaron además a pagar varias compras y una habitación de hotel de la que se llevaron después el televisor.

Los hechos, que serán juzgados por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, sucedieron la madrugada del 25 de septiembre de 2008 en una casa de San Vicente de la Barquera.

Según explica la fiscal en su escrito de acusación, los procesados, J.B.A., R.T.C. e I.B.O., junto con un menor al que no se juzga en este proceso, se dirigieron con la víctima hasta la vivienda para realizar una fiesta.

En un momento dado, se creó una situación tensa entre ellos porque, a juicio de los procesados, la víctima estaban realizando insinuaciones sexuales al menor. Entonces, los acusados comenzaron a actuar "de manera agresiva", tirando vasos y diversos objetos de la casa e impidiendo al hombre abandonar la vivienda.

A continuación dos de ellos cogieron sendos cuchillos y empezaron a jugar con ellos, haciendo ademán de apuñalar a la víctima, pasándoselos por el cuello y llegando a sentarle en una silla y arrojar los cuchillos contra la pared.

La Fiscalía destaca que "la agresividad" de los acusados "aumentó hasta el punto" de apagar las luces de la casa, rodear a la víctima y golpearle por todo el cuerpo.

Después de unas horas, optaron por regresar a Santander y obligaron a la víctima a llevarles de vuelta. En el camino, dos de ellos siguieron amenazándole con los cuchillos, colocándoselos en el cuello en diversas ocasiones.

Además, en el trayecto pararon en varias estaciones de servicio para hacer compras cargándolas a la tarjeta de la víctima. Ya en Santander, le condujeron a un cajero para sacar dinero, pero la tarjeta no era válida para extracciones.

A continuación se dirigieron a un hotel, donde le obligaron a pagar una habitación, más los desayunos y comidas del día siguiente. Para terminar, fueron a otras dos gasolineras donde cargaron los móviles, con cargo a la víctima, y compraron también comida, bebida y peluches. De regreso al hotel ya lo liberaron y cuando dejaron la habitación el día siguiente se llevaron el televisor.

Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió contracturas, una quemadura en un dedo y síndrome de estrés postraumático.

ACUSACIONES

La Fiscalía considera que los acusados cometieron un delito de lesiones, otro de detención ilegal, otro de robo con intimidación y un delito de hurto. Pide para cada uno de ellos siete años y tres meses de cárcel, y que indemnicen solidariamente a la víctima con 15.218 euros por los daños físicos, las secuelas psicológicas y los cargos que tuvo efectuar con su tarjeta. También solicita que indemnicen al hotel con el valor del televisor robado.

La acusación particular, ejercida por la víctima, eleva su petición de condena hasta 13 años de prisión para cada uno de los procesados, a los que imputa delitos de detención ilegal, lesiones, contra la integridad moral, amenazas y coacciones. Junto a esto, reclama una indemnización de 23.568 euros.

La representación de la víctima repite prácticamente el mismo relato de hechos que la Fiscalía, salvo por algunos matices. Así, no habla de las supuestas insinuaciones sexuales hacia el menor.

Por el contrario, asegura que los procesados, tras consumir alcohol y drogas, empezaron a ponerse violentos y a hacer comentarios despectivos sobre la condición sexual de la víctima, que les pidió entonces que abandonaran la vivienda. Y fue entonces cuando comenzaron a someterle "a todo tipo de vejaciones", como el lanzamiento de cuchillos o los golpes. Incluso, acusa al menor de tirarle con la punta de un sacacorchos.