Piélagos.- Ecologistas piden extender el Parque Natural de Liencres a La Picota para evitar un "holocausto urbanístico"

Actualizado: lunes, 13 febrero 2006 12:09

Alertan de que urbanizar la ladera Norte del monte supondría "un golpe mortal" al Parque Natural

SANTANDER, 13 Feb. (EUROPA PRESS) -

Las asociaciones ecologistas ARCA, Mortera Verde, SEO/BirdLife y Ecologistas en Acción inician hoy una campaña a favor de la inclusión de la ladera Norte del monte La Picota, hasta su cima, dentro del Parque Natural de las Dunas de Liencres, al entender que ésta es "la única medida" que puede "terminar de abortar un auténtico holocausto urbanístico" y una "barbarie" que el Gobierno regional ha intentado ya "en varias ocasiones detener".

El vicepresidente de ARCA, José Ángel Herrera; el presidente de Mortera Verde, Óscar Losa, y el responsable de SEO/BirdLife en Cantabria, Felipe González, presentaron hoy la campaña y expusieron las razones por las que propugnan la defensa de este espacio.

En este sentido, Felipe González aseguró que el Parque Natural de Liencres "no puede sobrevivir sin estar conectado" con la ladera del monte La Picota, porque "se necesitan" mutuamente y, además, un proceso urbanizador en la ladera Norte "supondría el golpe mortal" al parque. A modo de ejemplo, explicó que el aguilucho pálido, una de las especies que habitan en la zona, construye sus nidos en los matorrales del monte, pero tiene su "cazadero" en el Parque Natural.

Por su parte, Óscar Losa subrayó que se trata de un "lugar especialmente privilegiado" por sus valores paisajísticos y patrimoniales que, por su cercanía a la costa y a Santander, "tiene especial interés como pulmón" para la zona.

Sin embargo, lamentó que está "permanentemente amenazado" por intereses "especulativos" y se refirió al "golpe" que supuso la intervención en el Alto del Cuco. A su juicio, de volverse a construir ahora en la otra ladera del monte, se acabaría por destrozar la montaña.

CAMPAÑA

Para hacer frente a esta situación y evitar que se urbanice una superficie de 200.000 metros cuadrados denominada sector urbanizable número 2 de Piélagos, las cuatro asociaciones ecologistas han puesto en marcha esta campaña que arranca con la difusión de un manifiesto en el que se expone el valor de este espacio y la necesidad de incluirlo en el Parque Natural de Liencres.

Ese manifiesto se distribuirá entre las organizaciones sociales más significativas de la región para pedir su adhesión y conseguir así, con el mayor número posible de apoyos, que se adopten las medidas necesarias para la protección de este espacio.

El vicepresidente de ARCA explicó que no esperan "nada" del Ayuntamiento de Piélagos y apuntó que debe ser el Gobierno regional o el Parlamento, instando al Ejecutivo, los que adopten las medidas para que se inicien los trámites administrativos que permitan ampliar los límites del parque.

En opinión de Herrera, esa modificación de los límites podría hacerse a través de la Ley de Conservación de la Naturaleza, que se encuentra actualmente en tramitación parlamentaria; o mediante la redacción del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del parque, que aún no se ha elaborado y podría, según dijo, incluir la ladera Norte del monte La Picota para después ampliar los límites.

COMPENSACIONES

Los ecologistas reconocieron que la protección de esa zona, en la que todo el espacio es terreno protegido, bien por el POL o el Parque Natural, a excepción de los 200.000 metros cuadrados urbanizables, requeriría la compensación económica a los propietarios de ese área urbanizable.

En esta línea, Felipe González consideró que podría apelarse a la intervención del Ministerio de Medio Ambiente, dentro de la política que ha iniciado dicho departamento para la compra de terrenos en el litoral español para protegerlos.

MODELO URBANÍSTICO

Finalmente, tanto Herrera como González coincidieron en cuestionar el modelo urbanístico del litoral cántabro en el que, según el vicepresidente de ARCA, no se planifica atendiendo al interés general, sino que "se legisla a la medida de las necesidades de la iniciativa privada".

Por su parte, Felipe González dudó de que, con el actual modelo, se pueda desarrollar un proceso urbanístico "compatible" con la preservación del paisaje y señaló que los ciudadanos están "bastante asustados" ante una planificación urbanística a la que la administración debería "poner freno" para que el territorio no termine convirtiéndose en una "amalgama de construcción que asusta y que hace que el litoral vaya poco a poco perdiendo su identidad".