SANTANDER, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, reiteró hoy que se siente "tan orgulloso de ser cántabro como de ser español" y aseguró no entender "ese complejo de inferioridad de no reconocer que pertenecemos a un país viejo, de casi 500 años", cuya lengua van a hablar "mil millones de personas en todo el mundo, que tuvo la transición política "más ejemplar" y que es "la envidia" de muchos países.
"No es para avergonzarse", al contrario, es "para sentirse orgulloso", sentenció Revilla, quien opinó que, en una época de globalización como la actual, "plantear nacionalismos sectarios disgregadores es una locura". El secretario general del PRC confesó que "no entiende" por qué el término nación se ha tenido que incluir en el proyecto de reforma del Estatuto de Cataluña, porque "no hay más que una nación que es la española".
No obstante, destacó que es "imposible que España se rompa" y añadió que "cualquiera" podría firmar la iniciativa del PP porque, "tal y como está planteada, no pide nada", aunque reconoció que él no la firmará por lo que hay "detrás" de ella. El presidente regional, que realizó estas declaraciones durante una entrevista en el programa 'Ruedo ibérico' de Antena 3, subrayó que el Estatuto catalán "en absoluto puede perjudicar a Cantabria", puesto que su contenido "se puede trasladar a cualquier comunidad autónoma".
No obstante, puntualizó que "hay competencias que Cantabria no quiere", como la de la policía autonómica. "Lo que está claro es que el Estado va a perder recursos", añadió Revilla, quien aseguró que "no admitiremos ningún estatuto que cree desigualdades, sí diversidad", y recordó que las decisiones -en materia de financiación- que "nos afectan a todos" se deben discutir en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
Al mismo tiempo, afirmó que Cantabria es la comunidad autónoma que tiene "más razones para quejarse" y añadió que "nuestro Estatuto es que nos hagan las carreteras que tienen todos". "Cantabria lo que pide no es más que temas de justicia", como la finalización de la Autovía de la Meseta, la Autovía Dos Mares y un tren "que nos permita" hacer el trayecto Madrid-Santander "en dos horas, no en seis".
El presidente regional insistió en que la reforma del Estatuto de Autonomía cántabro "no es un problema urgente" y confesó que está "harto" del debate sobre el Estatuto catalán porque "llevamos medio año con él, cuando al 90% de los españoles le preocupan otras cosas".
NORMALIDAD VERSUS CRISPACIÓN
Por otro lado, Revilla opinó que el PP "no ha asumido la pérdida de poder" y eso le hace generar una "crispación" que, en realidad, "yo no veo en la calle". El presidente del Gobierno destacó que en Cantabria "la normalidad es absoluta", igual que la seguridad. "No llevo escolta, voy todos los días a trabajar en mi coche y jamás he tenido ningún problema", pero esa normalidad, añadió, "no se corresponde con lo que luego se ve en los papeles, que parece que estamos al borde de la Guerra Civil".
Preguntado sobre la nueva terminal de Barajas, que ha usado hoy por primera vez, reconoció que le resultaba más cómodo la anterior porque ahora tiene que recorrer un kilómetro y 300 metros hasta la parada de taxi. Revilla recordó que cuando viaja a Madrid siempre lo hace en avión y en taxi, y que no usa ni el coche oficial y la sala de autoridades del aeropuerto.
Sobre otras cuestiones como el Año Jubilar Lebaniego, explicó que el Gobierno cántabro pretende dar a esta celebración un "realce" como el que Galicia dio al Año Santo Compostelano. En la entrevista, la periodista Montserrat Domínguez también sacó a relucir las anchoas de Santoña, que según Revilla han sido el producto "estrella" en las comidas y cenas de Navidad del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el que mantiene "una muy buena relación personal", recordó.
También tuvo halagos para el portavoz del PSOE en el Congreso y diputado por Cantabria, Alfredo Pérez Rubalcaba, natural de Solares, a quien considera "uno de los políticos de más talla de España" y un "gran embajador" de Cantabria.