Revilla afirma que nadie hace más por Cantabria que "el que vive fuera de ella y la defiende"

Actualizado: sábado, 31 octubre 2009 17:42

La Casa de Cantabria en Baracaldo, la más antigua de toda España, celebra los actos conmemorativos de su primer centenario

SANTANDER, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha asegurado hoy que nadie hace más por Cantabria que "el que vive fuera de ella y la defiende y se encarga de que sus valores y tradiciones se mantengan".

Revilla se ha expresado de este modo durante su intervención en los actos de conmemoración del centenario de la Casa de Cantabria en Baracaldo, en los que también han participado el consejero de Presidencia y Justicia, Vicente Mediavilla; el alcalde de Baracaldo, 'Tonxtu' Rodríguez, y el viceconsejero de Cultura del Gobierno vasco, Antonio Ribera. A la celebración, que contó con la intervención del Coro Ronda Garcilaso y del Orfeón Baracaldés, asistieron los alcaldes de Laredo, Villacarriedo, Selaya, San Pedro del Romeral, Ampuero, Campoo de Yuso y Ruiloba.

El presidente, que recibió de manos del alcalde de Baracaldo la insignia de oro de la localidad, agradeció a todos los socios del centro regional que hayan conservado "a Cantabria en Euskadi" y afirmó que "la pertenencia a un pueblo es algo que nos condiciona y que llevamos allí donde vamos". Una pertenencia, destacó, que no la marca la orografía, sino "la cultura, la lengua, las raíces, el folclore", y que hace que "cuando un cántabro se va fuera de su tierra no la olvide jamás".

Revilla se refirió a los socios del centro como "los embajadores de Cantabria" y opinó que son dos los componentes que configuran la identidad de una persona: sus genes y la tierra. "La nuestra lleva el nombre más bonito, el más sonoro de toda la terminología española", dijo.

Por su parte, Mediavilla, de cuyo departamento depende la red de centros regionales, recordó que el de Baracaldo es el segundo centro más antiguo de Cantabria en el mundo y el decano en España.

El titular de Presidencia destacó el esfuerzo realizado por todos los cántabros emigrantes para que la "historia de Cantabria siga viva, se transmita de padres a hijos, y de hijos a nietos", que está permitiendo que los jóvenes de hoy se sientan "igual de cántabros que sus padres y abuelos".

Una labor digna de elogio, afirmó, que cuenta "con el pleno reconocimiento del Gobierno de Cantabria", que está "trabajando" para que los cántabros que, por uno u otro motivo, hayan abandonado la Comunidad Autónoma, "tengan la oportunidad de seguir levantando la bandera de Cantabria".

Por su parte, el alcalde de Baracaldo, Tontxu Rodríguez, destacó que los cántabros llegados a la localidad son "por derecho propio los protagonistas" de la "realidad" de Baracaldo. "Os debemos mucho como ciudad y como baracaldeses", enfatizó.

Para el viceconsejero vasco, la inmigración cántabra se calificó por ser "silenciosa" porque tenía "mecanismos de integración que venían de muy lejos, lo que hacía que no se les viese como el otro, el indiferente".

Por último, el presidente del centro comparó lo que es hoy la Casa de Cantabria en Baracaldo con lo que fue cuando se fundó, bajo el nombre 'Centro Montañés de Socorros Mutuos", con el objetivo de paliar las carencias en materia de Seguridad Social. "Nació con ese espíritu", dijo, y en aquella época "los montañeses dieron ejemplo de caridad".

Cantero, que se definió como "un cántabro adoptivo de Baracaldo, con más de sesenta años de su vida" en esa localidad, ha enfatizado el carácter "acogedor" de las gentes de Cantabria, del que ha afirmado sentirse "muy orgulloso".

HISTORIA

Fundada en 1909, la Casa de Cantabria en Baracaldo es el primer centro que se creó en España y el segundo del mundo, sólo por detrás de la Sociedad Montañesa de Beneficencia de La Habana, que data de 1883.

Nació gracias al empeño de un grupo de montañeses de crear una sociedad con fines de mutua protección y ayuda, denominada Sociedad de Socorros Mutuos del Centro Montañés de Baracaldo y sus contornos. El centro se fundó en el domicilio particular de José Marroquín para tratar de paliar, en la medida de lo posible, las carencias en materia de seguridad social. En los dos primeros tercios de siglo pasó por diversos avatares y por tres inmuebles diferentes. A pesar de todo, y durante no pocos años, la asociación realizó una labor muy importante de ayuda a los cántabros, hasta que, Ilegado el año 1975, y como consecuencia de los grandes avances que había experimentado el país en materia de seguridad social, los bienes fueron reinvertidos a la Diputación de Santander, que, a su vez, los donó al Centro Cultural de Cantabria.

Este cambio radical en la sociedad supuso una reacción una drástica variación de objetivos. Entonces, los fines de la asociación pasaron a tener un marcado carácter cultural del que nacieron agrupaciones musicales, folklóricas y teatrales, además del patrocinio de premios literarios, estudios y trabajos. Atendiendo a las necesidades de los socios, el deporte también cobró una gran importancia, al igual que celebración de la festividad de la Bien Aparecida.