UC.- "El agresor no es ningún enfermo", dice el coordinador del Instituto de Medicina Legal de Andalucía

Actualizado: martes, 8 agosto 2006 18:25

Lorente Acosta aboga por una especialización de los profesionales "para que aborden este problema social desde el conocimiento"

LAREDO, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -

El coordinador del Instituto de Medicina Legal de Andalucía y profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada, Miguel Lorente Acosta, señaló hoy que "el agresor no es un enfermo" sino una persona "que va construyendo la violencia y que no surge de manera espontánea sino que está basado en las referencias culturales que utiliza para obtener una posición de dominio".

Experto en violencia de género, Lorente Acosta participó Laredo en el curso organizado por la Universidad de Cantabria titulado 'Sociedad, violencia y mujer: Retos para afrontar la desigualdad', con una ponencia sobre la necesidad de dar una respuesta integral para tratar las características diferenciales de la violencia de género.

Para este experto, el agresor tiene una actitud propia de cualquier delincuente porque "el conseguir su objetivo vale más que el daño que pueda producir".

Miguel Lorente Acosta explicó que la violencia no se debe entender sólo como agresión, sino que "es algo más amplio y es importante que esa violencia se integre dentro de una cultura para que se vea que parte de esos valores que la justifican e, incluso, tienden a integrarla, se basan en la normalidad, ya que se presenta como la manera de conseguir un dominio en la relación de pareja".

Para Lorente Acosta "los profesionales deben afrontar este problema con conocimiento". "Hace falta una especialización para no actuar basándose en lo que uno cree que es la violencia de género, porque es un problema social para el que se precisa un abordaje científico para su conocimiento y estudio por parte de la psicología, la medicina, la sociología, y todas las disciplinas en las que repercute", subrayó.

Según el profesor de medicina legal, "hay muchos profesionales que se aproximan a la violencia sin llevar a cabo ningún estudio y sin formación previa, y eso conduce a una influencia excesiva de los elementos socioculturales que tienden a minimizar y justificar la violencia o a responsabilizar a las mujeres de parte de la violencia".

Ajuicio de este experto, "actuar sin formación provoca que el problema concreto se resuelva de manera errónea, y contribuir a que se mantenga la posición tradicional de que la violencia de género es una situación puntual y derivada de las circunstancias", apuntó.

En opinión de Lorente Acosta "no hay que ver la violencia de género desde el resultado, porque toda violencia acaba en una agresión física, psicológica o en la muerte, sino desde cuales son las motivaciones que llevan al agresor a comportarse de esa forma". Cuando los expertos analizan los objetivos, se comprueba que es una violencia inmotivada "puesto que no hay un elemento objetivo que lo provoque, sino que es una posición subjetiva del agresor", indicó.

HOMICIDIO-SUICIDIO

A diferencia de la delincuencia y de la violencia, que son crímenes instrumentales, la violencia de género no persigue ningún objetivo material, "porque no saca nada a cambio, salvo imponer su posición de dominio y de superioridad sobre la mujer", esgrimió Lorente Acosta.

Por este motivo, indicó que en muchos casos "el agresor se entrega o se quita la vida después de llevar a cabo el homicidio". "El homicidio-suicidio es una conducta que se produce cuando el agresor es una persona integrada en la sociedad que no quiere verse cuestionado", explicó. Es más, dijo, antes de presentarse como autores de una muerte, que buscan porque no están dispuestos a que su pareja se separe, llevan a cabo el suicidio.

El profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada destacó que la finalidad de la violencia de género "es aleccionar a la mujer y por eso la agreden, para que ella interiorice qué puede pasarle si no sigue las pautas que el agresor establece". Para Lorente Acosta, todos estos elementos hacen que el resultado de la violencia oscile alrededor de dos hechos; la acción puntual de la agresión y el estado de violencia mantenido.

Según Lorente Acosta no existe el arrepentimiento en la figura del agresor. "No se arrepiente de nada porque percibe que la situación está controlada desde su punto de vista". Como el proceso de la violencia es mantenida en el tiempo, conforme la mujer está sometida a la violencia, ésta va cayendo en un juego de deterioro psicológico que desemboca en la deshumanización del objeto de la violencia, lo que los juristas denominan 'cosificación' de la mujer; convierten a la persona en un objeto.

El coordinador de Medicina Legal de Andalucía considera que, aunque el maltratador manifieste que quiere a la víctima, realmente sólo se quiere a sí mismo porque "es una persona egoísta e individualista". "Como necesita a la mujer, dice que la quiere, pero cuando ve que la pierde, porque ella quiere separarse, está dispuesto a matarla". La separación significa la pérdida de control absoluto sobre ella y el control es uno de los objetivos del agresor, "no herirla sino tener la sensación de dominio sobre la víctima", sentencia al respecto.

Miguel Lorente Acosta cree que la violencia de género tiene solución. "Tenemos una referencia legislativa nueva como es la Ley Integral de Violencia de Género que, al margen de las medidas específicas, actúa como una referencia a la hora de reprobar de una manera rotunda la violencia".

Además, se complementa con "medidas de tipo preventivo, educativo y sanitario, entre otras". Dentro de la Ley se recoge una propuesta que Lorente Acosta hizo a la Comisión del Congreso: la creación de la Unidad de Valoración de la Violencia de Género en la que los casos que llegan a los juzgados son estudiados en los Institutos de Medicina Legal, con un abordaje multidisciplinar y la intervención de forenses, psicólogos y trabajadores sociales. "Esto permite tener una visión global de lo que es la violencia", indicó.

Este experto aboga por "la especialización de los profesionales, la información y formación en lo social para que desaparezca". Según el profesor, llegará un tiempo en el que cambien los valores culturales que están dado lugar a este tipo de conducta. "Está claro que con la fuerza de la razón, la justicia, la paz y los valores que mueven a conseguir esa igualdad van a ser más fuertes que cualquier otro que fomente la desigualdad", sentenció.