Los vecinos de los edificios colindantes al Palacio del Mueble estudian poner una denuncia

Actualizado: lunes, 20 febrero 2006 14:12

El presidente de la comunidad de vecinos del número 7 asegura que vio a obreros "picando en los pilares del edificio"

SANTANDER, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -

Los vecinos de los números 3 y 7 de la calle Alta, colindantes con el Palacio del Mueble que hoy se derrumbó parcialmente, estudian poner una denuncia con el objetivo de "reclamar los daños" que se han producido en sus viviendas y, además, "que se investigue lo que ha pasado" porque en algunos casos consideran que "alguien lo ha podido hacer intencionadamente".

Así lo anunció en declaraciones a Europa Press el presidente de la comunidad de vecinos del número 7, Francisco Muñoz, que aseguró haber hablado con "obreros" que se encontraban el viernes en el interior del edificio.

Por su parte, el propietario del inmueble número 3, Francisco Abascal, se pondrá en contacto con su compañía de seguros y estudiará unirse a la denuncia junto a los propietarios del número 7.

Muñoz sostuvo que el pasado viernes se acercó al Palacio del Mueble porque escuchó ruidos que "retumbaban". "Había siete obreros y un capataz que estaban picando los pilares del edificio" y que a sus preguntas le indicaron "que no había ningún problema y que no les hacía falta el permiso de obras porque era una 'cata'".

Con todo, y a la vista de lo sucedido esta madrugada, Muñoz asegura que presentará una denuncia "para esclarecer si esto se ha hecho intencionadamente", teoría por la que se inclina apuntando que "es más rentable hacer un edificio nuevo que rehabilitarlo" y "ahora van a poder hacerlo a sus anchas".

REALOJO DE LOS VECINOS

Más de veinticinco vecinos con edades comprendidas entre los 16 y los 89 años tuvieron que abandonar sus casas sobre las 5.00 horas de esta mañana cuando la estructura y parte de la fachada del edificio conocido como El Palacio del Mueble, propiedad del Gobierno de Cantabria y futura sede de la Consejería de Obras Públicas, se derrumbó.

Los vecinos desalojados viven en el número 7, donde estaban ocupadas tan sólo dos viviendas ya que el resto solo las utiliza "alguna temporada", y el número tres, donde estaban habitadas 11 casas y el negocio del bajo.

Todos se despertaron en el momento del derrumbe que sonó "como un terremoto" y, a partir de ese momento, salieron a la calle como medida de seguridad.

Hasta el lugar se desplazó un autobús municipal para acoger a los vecinos desalojados, que sobre las 11.00 pudieron regresar a sus casas a coger algunas pertenencias, antes de ser trasladados a la Residencia Aranzazu, donde pasarán la noche.