TOLEDO, 14 Jun. (EUROPA PRESS)
Un informe sobre 'El sexo en la madurez' desarrollado por Sigma 2 para la Asociación Española de Salud Sexual (AESS) entre 1.700 varones con edades superiores a 50 años, refleja que el 64,5 por ciento de los hombres castellano-manchegos mayores de esta edad asumen que la disfunción eréctil es una de las consecuencias del envejecimiento y coloca a Castilla-La Mancha como la región donde más insatisfechos están los mayores de 50 años en el plano sexual.
Según este estudio, en la región, este segmento de población otorga una importancia relevante a sus relaciones sexuales, y así, más de dos tercios de los varones encuestados, un 68,1 por ciento, considera que la sexualidad juega un papel muy o bastante importante en su vida, aunque sólo un 56,1 por ciento dice estar satisfecho con sus relaciones sexuales, lo que coloca a Castilla-La Mancha como la región donde más insatisfechos están los mayores de 50 años en el plano sexual.
La influencia de las disfunciones sexuales en el varón juega un papel relevante en la satisfacción y la importancia que otorgan a sus relaciones de pareja, y de este modo, casi tres cuartas partes de los varones castellano-manchegos que sobrepasan los 60 años, el 70,8 por ciento, ven como algo "normal" las disfunciones en el hombre a partir de los 50 años.
En este sentido, las creencias el origen de la disfunción eréctil varían, y así el 64,5 por ciento de los castellano-manchegos señalan el envejecimiento como principal causa, por un 32,5 por ciento que lo relaciona con un trastorno psicológico y otro, el 28,6 por ciento, que lo centra en el aspecto fisiológico.
Al respecto, el especialista en sexología clínica, Ángel Ruiz Ejarque, consideró "evidente" que la edad es un factor influyente en la aparición de la disfunción eréctil, aunque recalcó que no es algo "exclusivo del paso del tiempo" puesto que, dijo, "la impotencia puede surgir a cualquier edad, y es necesario su tratamiento profesional para evitar posibles problemas derivados de ella, no sólo los fisiológicos".
Los varones de Castilla-La Mancha mayores de 50 años coinciden (81,7 por ciento) en que la disfunción eréctil debe ser reconocida y tratada. Al preguntarles por la primera medida que tomarían en caso de padecer disfunción eréctil, el 77,5 por ciento acudiría al médico y un 49,7 por ciento lo hablaría con su pareja.
Además, entre los castellano-manchegos que padecen disfunción eréctil, las visitas al urólogo son más frecuentes, y el 29,1 por ciento afirma ir regularmente, mientras que entre los que no la padecen el número baja al 27,3 por ciento.
Ruiz Ejarque confirmó que, en relación a las posibilidades de tratamiento, hay "numerosos medicamentos indicados para la impotencia, desde los fármacos administrados por vía oral o inyectados a la intervención quirúrgica".
Los encuestados también reflejaron en los resultados que el principal atributo que deberían tener los tratamientos "anti-impotencia" para la disfunción eréctil es que les permita tener más tiempo para sus relaciones sexuales, en un 23,1 por ciento.
Así, el especialista dijo que dentro de la amplia gama de medicamentos orales para tratar la disfunción eréctil, hay diferencias en el aspecto de la duración de la eficacia puesto que "son principios activos que actúan como media entre 4 y 5 horas después de la ingesta, aunque existen algunos que tienen hasta 36 horas de actuación, lo que permite disfrutar de una vida sexual similar a la que se tiene sin disfunción eréctil".
CAUSA DE SEPARACIÓN
El 58,1 por ciento de encuestados en Castilla-La Mancha coincidió en afirmar que la disfunción eréctil puede reprimir la actividad social del que lo padece, y además, preguntados por si la disfunción eréctil puede ser causa de separación, el 40 por ciento respondió de forma positiva.
Aún así, los hay que creen que pueden surgir problemas psicológicos, ya que casi seis de cada diez, el 57,9 por ciento, secunda esta idea. Y en el plano estrictamente sexual, casi siete de cada diez castellano-manchegos mayores de 50 años, el 66,8 por ciento, creen que padecer disfunción eréctil puede reprimir su actividad, concluyó Ruiz Ejarque.