TOLEDO, 13 Nov. (EUROPA PRESS)
La mujer francesa Dominique Madeleine R.M.L., acusada de asesinar a un pensionista de 67 años en Torrijos (Toledo), el pasado 1 de febrero de 2005, aseveró hoy que había otra persona en el olivar en el que ella dejó a Julio López Serrano, y donde días después fue encontrado muerto.
A preguntas del fiscal y de la acusación particular, durante el juicio con jurado popular celebrado en la Audiencia Provincial, la acusada reiteró no poder decir quién se encontraba en este paraje conocido como "Curas y Capellanes", porque está recibiendo presiones del que fuese su compañero sentimental, que la amenaza con llevarse a su hija a Australia.
La acusada --que declaró en francés, con la ayuda de una interprete a pesar de entender todas las preguntas en castellano-- desmintió a preguntas del Ministerio fiscal haber tenido problemas económicos, y explicó que llegó a Torrijos, donde quería dar clases particulares de francés, huyendo de su compañero sentimental.
Dominique Madeleine R.M.L., que negó haber pagado con un cheque de un banco francés sin fondos a su casero, explicó que fue el pensionista torrijeño el que la llamó a ella, después de haber visto uno de los carteles que puso por todo el pueblo para dar clases particulares de francés.
La acusada recordó que ella y su hija de 12 años estuvieron comiendo el día 27 de enero, con el asesinado, en el restaurante 'La Abadía' de la localidad toledana, y que luego subieron a casa del jubilado, "porque quería enseñarle su perro a mi hija".
TRANQUILIZANTES.
La imputada, que afirmó desconocer las propiedades del asesinado, si reconoció que el segundo día que quedó con Julio López Serrano le pidió "algo más de 50 euros porque tenía problemas económicos y no tenía ni comida en casa", pero no los 600 euros que se recoge en el informe de conclusiones.
Dicho esto, reconoció que fue ella quien invitó a comer al jubilado a su casa al día siguiente, y que después de comer, como Julio no paraba de seguir a su hija y se negaba a marcharse, le disolvió 11 pastillas de tranquilizantes en el vino, para que se quedara dormido. Después ella misma llevó a Julio a su dormitorio, "porque veía que no estaba bien", le quitó los zapatos, y le metió en su cama, durmiendo ella en el sofá.
Según la acusada fue su compañero sentimental, que llegó a la mañana siguiente, el que la ayudó a levantar a Julio, y lo llevó al baño para asearlo. Finalmente fue ella sola la que le bajó de su casa, y le metió en el coche del asesinado --porque su pareja se negó a ayudarla-- con el deseo de llevarle a su casa, pues vivía a 700 metros.
Pero en lugar de parar en su casa cogió un camino que la condujo hasta el olivar, porque el asesinado no la dejaba conducir bien. Así explicó que cuando llegó al conocido paraje como 'Curas y Capellanes', paró el coche, se bajó y se fumó un cigarro porque estaba muy nerviosa, e intentó convencer a Julio de que saliera de su vida y de la su hija.
Preguntada por el fiscal, desmintió haber golpeado al asesinado con un alambre gordo que Julio llevaba en el coche, aunque reconoció que discutieron y que finalmente él, que iba vestido y con zapatos, se bajó de forma voluntaria del coche.
NO SABE QUÉ OCURRIÓ.
En este punto, la acusada, que siguió declarando a pesar de que su abogado defensor afirmara que había coacción en las preguntas del Ministerio Fiscal --petición que fue declinada por el presidente de la Audiencia-- afirmó no poder decir qué ocurrió cuando el pensionista bajó del coche, por las amenazas que ha recibido de su compañero sentimental.
A preguntas de la acusación particular, Dominique Madeleine R.M.L reconoció haber sido detenida en Francia por estafa pero no por un delito de suplantación de personalidad, insistió en que dio las 11 pastillas al asesinado cuando éste, sin terminar de comer, se levantó de la mesa y siguió a su hija, que se sentó en el sofá a ver la televisión.
La ciudadana francesa, que rechazó haber cogido la cartera, el anillo, el reloj y la cadena de oro que tenía el pensionista, una vez se quedó dormido "porque estaba muy enfadada", dijo que el dinero con el que saldó las deudas que tenía con su casero lo obtuvo de la venta de una vajilla que tenía.
Así, contestó al abogado de la acusación que una caja de monedas que la Policía encontró en su casa, se la regaló el asesinado a su hija, que también comparte esta afición, apostillando que "no tenían valor".
Por último la acusada, que afirmó haber tomado vino durante toda la mañana el día que Julio fue a comer a su casa, concluyó su declaración indicando que después de dejar a este apoyado en el tronco de una oliva, regresó a su hogar y se tomó varias pastillas para tranquilizarse, negando que se hubiera ido de compras con su hija.
COMPLEJIDAD DE LOS HECHOS.
Por su parte, el abogado de la defensa, que insistió en la complexión débil de la acusada, frente a los 90 kilos y el 1,80 metros de altura del asesinado, aseguró que el plano de acusaciones que presenta el Ministerio Fiscal y la acusación particular es "insuficiente" dada la "complejidad" de los hechos.
La defensa, que apuntó que la acusada tuvo miedo a perder a su hija al no poder soportar la carga de su compañero sentimental, a lo que hay que añadir su alcoholismo, señaló que Dominique ha tenido una experiencia vital "rara". Según él, en los 'realities shows' "la gente que en ellos sale, como Carmen Ordóñez o Karmele Marchante también tienen comportamientos raros pero no por ello son culpables de asesinato".
La primera sesión de este juicio se reanudará a las 16.30 horas, con la declaración de la asesinada, que responderá a las cuestiones del abogado de la defensa.