El acusado de intentar matar a una mujer empujándola al vacío niega haberla visto el día de los hechos

Actualizado: martes, 24 noviembre 2009 16:42

TOLEDO, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

J.E., el hombre acusado de un delito de homicidio en grado de tentativa, por empujar a su compañera sentimental desde el balcón de su vivienda de Santomera (Murcia), cayendo aquella al vacío, negó hoy haber visto a la víctima el día de los hechos, que ese día hablara con ella, y que supiera que iba a viajar desde Toledo a Murcia.

Según la calificación del Ministerio Público, los hechos ocurrieron sobre las 17.30 horas del día 4 de febrero de 2006, cuando el acusado inició una discusión con la mujer --que tenía su domicilio en Toledo--, después de que esta le exigiera la devolución de un dinero que tiempo atrás le había prestado al procesado.

Durante la vista celebrada en la Audiencia Provincial de Toledo, el acusado, que declaró con la ayuda de un intérprete, reconoció que durante más de dos años mantuvo una relación sentimental con la víctima, K.E.M, y que ésta se rompió el 13 de mayo de 2006 después de que la pareja regresara de Marruecos, adonde había acudido con el objeto de contraer matrimonio, pero los padres de él no aceptaron.

El acusado mantiene que durante el tiempo en que ocurrieron los hechos estuvo en un bar, que recibió una llamada de la víctima, pero que la vio posteriormente, y que nunca habló con ella. Además, negó que la viera el 4 de febrero de 2006, que mantuvieran una discusión, y que le propinara un puñetazo, tal y como la víctima ha denunciado.

Además, dijo desconocer cómo ella pudo precipitarse desde el balcón, y admitió que acudió a ver la víctima al hospital cuando se enteró de lo sucedido por su hermano, que según dijo, se encontraba en el domicilio donde sucedieron los hechos. Preguntado por la defensa, J.E. dijo que él ha sido coaccionado por la víctima para contraer matrimonio.

El acusado manifestó que fue detenido por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en el hospital, pero aseguró que en ningún momento vio a la víctima ni habló con ella. Al día siguiente de los hechos, apuntó J.E., fue cuando K.E.M. dijo que "no había sido yo quien la lanzó por el balcón y pidió verme".

Por su parte, la víctima, que declaró protegida por un biombo por, según la acusación particular, padecer un "miedo insuperable" a ver a su presunto agresor, reconoció que la relación con J.E. estaba un poco deteriorada, pero que acudió a Santomera (Murcia) para pedir al acusado un dinero que le había prestado.

DISCUSIÓN

En el domicilio del acusado, la víctima narró que discutieron, se insultaron, y que J.E. le propinó un puñetazo en el ojo izquierdo. Tras estos hechos, la mujer se fue al balcón con el objeto de pedir auxilio y entonces fue cuando el acusado la empujó, cayendo al vacío. A las personas que le auxiliaron, la joven les dijo que había sido J.E. quien la había empujado.

La mujer, que en posteriores declaraciones ante la Guardia Civil negó que hubiera sido J.E. quien la hubiera lanzado hacia el vacío, aseguró, preguntada por el Fiscal, que lo hizo porque "estaba enamorada, por miedo, y porque mi familia no sabía nada de la relación". Además, indicó que al regresar de Marruecos decidió denunciarle por recomendación de su familia.

También admitió que era la primera vez que le agredía el acusado. A preguntas de la acusación particular, la mujer manifestó que ha recibido amenazas del acusado y destacó las lesiones psicológicas que todo lo ocurrido le han provocado. "Yo no puedo estar tranquila, tengo mucho miedo, no puedo dormir, tengo muchas pesadillas. Cuando me miro en el espejo, no soy la misma que antes", declaró.

Como pruebas testificales, declararon dos psicólogos que mantuvieron lo manifestado en sus informes, y es que la víctima sufre un trastorno de estrés postraumático crónico, que le producirán secuelas largas como mantener una actitud vigilante y de temor. Asimismo, no pudieron determinar si podrá curarse del todo y aseguraron que si se hubiera tirado voluntariamente sufriría otro tipo de secuelas y no estrés postraumático crónico.

La mujer, según la calificación del Fiscal, a consecuencia de los hechos sufrió diversas fracturas, tardando en sanar 115 días, y quedándole como secuelas limitación de movilidad en el codo, varias fracturas dentales y estrés postraumático. Los forenses afirmaron que estas lesiones son limitativas a la hora de poder trabajar y que si no hubiera recibido asistencia médica podrían haber sido susceptibles de matar.

Los policías locales y guardias civiles que se ocuparon del caso en su día declararon mediante videoconferencia, y aseguraron que cuando llegaron al lugar de los hechos la joven estaba desorientada y cuando subieron al domicilio donde ocurrieron los hechos la puerta estaba abierta y que no había nadie en su interior. Uno de los policías locales dijo que una de las habitaciones estaba revuelta.

TESTIGOS

Otro de los testigos que vio caer a la víctima y la atendió posteriormente, dijo que él no vio a nadie. Otro de los testigos, que vive en frente del piso del acusado, declaró que al oír gritos se asomó a la ventana y vio a la chica en el suelo. Llamó al 112 y acudió a socorrerla. La mujer le dijo que le habían tirado.

Una mujer, que ese día regentaba el bar donde el acusado dijo estar en las horas en las que transcurrieron los hechos, apuntó que nunca vio a J.E. La Defensa llamó a declarar al hermano del acusado, quien reconoció que el día de los hechos recibió a su cuñada en su domicilio, donde según él, no se encontraba ninguna otra persona, a pesar de que en una declaración anterior afirmó que estaba acompañado de un matrimonio que se encontraba en uno los dormitorios.

Declaró que mientras calentaba agua para preparar té en la cocina, oyó hablar por teléfono en la terraza a la víctima y al oír un grito vio que ésta se había precipitado al vacío. El hermano aseguró que J.E. no se encontraba en la casa. Al ver lo sucedido se quedó paralizado, vio que vecinos estaban auxiliando a su cuñada, y se dirigió a la parada del autobús donde localizó a su hermano y le contó lo sucedido. Además, dijo no acordarse si dejó la puerta del domicilio abierta o no, tal y como testificaron los policías locales.

El Ministerio Fiscal destacó las contradicciones en las que han incurrido el acusado y su hermano y mantuvo su petición de pena, es decir, ocho años de prisión, y la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de 500 metros, su domicilio y lugar de trabajo por tiempo de 10 años, o comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento por el mismo tiempo. Además, pide que la indemnice en la cantidad de 7.560 euros por las lesiones causadas y en 12.000 euros por las secuelas morales.

La defensa, por su parte, pidió la libre absolución del acusado, aseguró que admitiría dos años de cárcel por un delito de lesiones, y señaló que no hay una prueba directa que incrimine al acusado. Además, señaló que la acusación está "impregnada de sentimiento y venganza" y resaltó que J.E. ha venido a Toledo voluntaria y libremente desde Murcia a "rendir cuentas con la Justicia".

En este sentido, indicó que el acusado nunca pudo amenazar a la víctima porque nunca habló con ella y argumentó que la mujer "desesperada" porque "no pasaba por un buen momento" se precipitó por el balcón. Por ello, sostuvo que no comparte el delito de homicidio en grado de tentativa con el que se acusa a su defendido y quiso destacar que no ha quedado demostrado que en el domicilio se produjera una discusión.

La acusación particular, finalmente, subrayó que han quedado acreditados los hechos y se adhirió a lo expuesto por el Fiscal. A su juicio, el acusado no ha sido veraz en su declaración y se ha buscado una coartada, al mismo tiempo que ha incurrido en contradicciones al igual que su hermano.