CIUDAD REAL, 21 Jul. (EUROPA PRESS) -
El director del Museo Nacional del Teatro ubicado en Almagro (Ciudad Real), Andrés Peláez, seguirá vinculado al mismo en la gestión artística a pesar de su jubilación, al tiempo que asesorará al conservador José Manuel Montero, quien se encargará de la gestión administrativa.
Así lo ha explicado Peláez en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de su jubilación y del homenaje que le ha rendido el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro por su papel en la creación y evolución del Museo Nacional del Teatro, donde llegó por un plazo de tres meses y se ha quedado 25 años.
Se trata de un trabajo de más de dos décadas que es difícil de resumir, aunque reconoce que hay grandes hitos como la ampliación de la colección de 4.000 o 5.000 piezas iniciales, el número de visitantes o su repercusión, por lo que bromea diciendo que ha dejado de ser una persona "para ser una trayectoria".
Sin embargo, su balance más importante de todos estos años es "haber conseguido formar parte de esa otra gran familia del teatro". "Yo no creía de ninguna de las maneras que me tuvieran ese afecto que me demostraron el día del homenaje. Eso es lo que más se agradece y lo que me llevo en el corazón".
En el ámbito profesional, como no podía ser de otra manera, Peláez confiesa que el Museo Nacional del Teatro es lo más importante que ha hecho en su vida, porque cuando llegó "no había nada", y se tenía que empezar "desde cero y sin ningún referente, analizando qué y qué no se debía conservar, la forma de recabar fondos y cómo algo tan vivo como el teatro se podía encajar en un centro museístico que es un poco panteón".
A pesar de que al año de llegar a Almagro ya se había hecho realidad una primera parte de sus anhelos con la puesta en marcha del museo en la que fue su antigua sede, no fue hasta diez años después cuando sus expectativas se culminaron al inaugurarse la sede definitiva que ocupa el centro museístico en los Palacios de los Maestres, tras la cesión por parte del Ayuntamiento y un largo período de rehabilitación y adaptación, "además de los retrasos que conllevaron los cambios ministeriales continuos".
Finalmente, "nada impidió que el sueño se cumpliese", y hoy Almagro cuenta con un museo único en su género y referente internacional ya que el resto de museos del teatro que existen en el mundo son secciones de otros centros museísticos principales y no son autónomos como el de la Ciudad Encajera ni tienen un volumen de fondos similar.
UN MILLÓN DE PIEZAS
En la actualidad este museo se caracteriza por la importancia de los fondos que atesora, que ya ascienden a más de 1,2 millones de piezas.
Sin embargo, pese a esa enorme cantidad de tesoros, de la pieza de la que Peláez se siente más satisfecho es la litografía de Picasso de 1919 dedicada a los ballets rusos. "Costó mucho dinero, porque también lo quería el Reina Sofía, pero para nosotros era una pieza clave y, al final, el Ministerio de Cultura decidió que era aquí donde debía estar".
Pero también hay alguna asignatura pendiente según Andrés Peláez, y entre ellas se encuentra "obtener el legado de los Gutiérrez Caba" --para lo que ya hay contactos--, además de que desearía que formara parte de los fondos de este centro museístico "el mejor retrato de Lope de Vega" que se ha descubierto recientemente, pintado por Arellano.
"El que hay en la Academia de Bellas Artes, que se creía original, es copia de éste que actualmente pertenece a una colección particular en Alemania y que se ha puesto a la venta. Llevamos tiempo detrás de él y ojalá podamos hacernos con ese retrato del que es la figura más grande del teatro español", ha agregado el director del Museo Nacional del Teatro.
