TOLEDO 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
La concejal de Hacienda, Paloma Heredero, se ha reunido este viernes con los representantes de la plataforma de afectados por la liquidación del IBI, a quienes ha traslado la posibilidad de satisfacer hasta en cuatro años el pago del recibo correspondiente a 2013, atendiendo así la problemática que plantean por el pago al que deben hacer frente como propietarios de suelo urbanizable.
El objetivo del equipo de Gobierno es "facilitar el pago del IBI de este año a estos contribuyentes", ha dicho la concejal, quien ha añadido que los técnicos municipales han estudiado todas las posibilidades para atender las demandas de estos vecinos de Toledo, con quienes el alcalde, Emiliano García-Page, se comprometió a buscar soluciones a sus peticiones, ha informado el Ayuntamiento en nota de prensa.
Este mecanismo permitirá fraccionar el pago del IBI del presente ejercicio y diferirlo hasta en cuatro anualidades, flexibilizando así las condiciones de pago de los contribuyentes que tienen que hacer frente a recibos elevados.
De esta forma, "lejos de hipotecar a las Corporaciones futuras", ha señalado la concejala, se activa una herramienta que acarreará ingresos al Ayuntamiento en los próximos cuatro años.
Podrán acogerse a esta medida los contribuyentes cuyo objeto social no sea la promoción inmobiliaria, de tal forma que alrededor del 90 por ciento de los afectados podrán beneficiarse de las facilidades que ofrece el Ayuntamiento.
Paloma Heredero ha explicado que el Ayuntamiento elabora las liquidaciones del IBI conforme a la valoración catastral de los terrenos, y ha recordado que el Gobierno local ha solicitado una revisión al Catastro que se espera que entre en vigor a partir del próximo año.
Por su parte, el portavoz del equipo de Gobierno, Rafael Perezagua, ha señalado que durante la tramitación del POM se incluyeron propuestas de algunos titulares para que parcelas de suelo rústico se calificasen como urbanizable y que no hubo alegaciones al respecto.
Posteriormente, según ha añadido, la burbuja inmobiliaria rebajó las expectativas de estos propietarios, pero se mantienen los valores catastrales previos a la crisis.