TOLEDO, 3 Ene. (EUROPA PRESS)
Durante el pasado año 2005 la Consejería de Bienestar Social llevó a cabo más de 74.400 estancias temporales, con las que se ha apoyado de una manera activa a aquellas familias cuidadoras habituales de personas mayores que, en un momento determinado y de forma temporal, no han podido ejercer esa labor y han necesitado de este servicio.
Así, el programa, que cada vez está siendo más utilizado, ofrece recursos residenciales con alojamiento, manutención y asistencia integral en residencias de mayores de la región, a aquellas personas mayores que durante unos días no pueden estar al cuidado de su familia o que, viviendo solas, necesitan una atención especial por enfermedad u hospitalización; entendiéndose cada una de las estancias como un día de internamiento en un centro residencial.
En este sentido, el consejero de Bienestar Social, Tomás Mañas, ha destacado "el importante incremento que durante el pasado año ha registrado este programa, que se ha ampliado en cerca de 33.000 las estancias, con respecto a las que fueron puestas a disposición de las familias durante 2004, lo que ha supuesto una subida del 79%".
Además, Tomás Mañas ha puesto de manifiesto la gran acogida que está teniendo este programa entre las familias cuidadoras de personas mayores de Castilla-La Mancha, como lo demuestra que "durante 2005 unas 1.054 personas mayores hicieran uso de este servicio, frente a las 663 que se beneficiaron de él durante 2004".
Para llevar a cabo este programa, que se realiza en las residencias propias de la Consejería de Bienestar Social, así como en los centros convenidos con la Federación de Residencias Privadas de la región y la Asociación Religiosa de Centros de Mayores, el Gobierno autónomo ha invertido durante el pasado año más de 1,4 millones de euros.
Por lo que respecta a las causas de utilización de este servicio, la mayor parte de las estancias tienen como motivo la enfermedad u hospitalización del mayor, que bien impide a esta persona si vive sola o a su familia disponer de la asistencia y lo cuidados especializados que precisan.
También, otra de las causas son las vacaciones familiares que, bien por la situación física de la persona mayor o por la imposibilidad de trasladar al mayor al lugar de descanso elegido, ésta debe quedarse en una residencia durante los días que el resto de los miembros de la familia se encuentran fuera del domicilio.
De hecho, durante 2005 casi el 60% de las personas que utilizaron este servicio fue por causas hospitalarias, tanto de la persona mayor como del cuidador principal, frente a las vacacionales o motivos de otra índole. Así mismo, el tiempo medio de estancia por persona ha sido de 70 días.
De este programa, que se encuentra abierto durante todo el año, pueden beneficiarse todas las personas mayores de 60 años que viven solas o son cuidadas por sus familias, durante un espacio de tiempo que varía entre los 5 y los 120 días, dependiendo de las causas que hayan forzado su inclusión en el mismo, informa la Junta.