Cañizares invita a los fieles a dirigir sus acciones a hacer de la caridad un "gran signo evangelizador"

Pide un esfuerzo para difundir el conocimiento de la doctrina social de la Iglesia cuando "seamos convocados a comicios electorales"

Europa Press Castilla-La Mancha
Actualizado: lunes, 15 octubre 2007 17:27

TOLEDO, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -

El cardenal arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio Cañizares, ha invitado a los fieles de la Archidiócesis, con motivo del comienzo del curso pastoral 2007-2008, a que dirijan sus acciones a hacer de la caridad "un gran signo evangelizador".

Así lo indica en la carta pastoral que bajo el título 'La caridad no desaparecerá jamás' ha escrito monseñor Cañizares dentro del contexto del Plan Pastoral Diocesano 2007-2008, que también presentó hoy junto a los obispos auxiliares, Ángel Rubio y Carmelo Borobia, y el vicario general, Juan Miguel Ferrer.

En la carta, que consta de cinco apartados y una conclusión, se establecen las orientaciones que la Archidiócesis ha de seguir en la aplicación de los tres objetivos del Plan Pastoral: impulsar y dar a conocer el ejercicio de la caridad, descubrir las exigencias de la caridad a través del conocimiento de la doctrina social de la iglesia y fomentar el voluntariado cristiano.

El cardenal recuerda que el Plan Pastoral "no es en modo alguno una construcción de la razón calculadora y estratégica de unos cuantos, ni una especie de corsé impuesto al conjunto de la diócesis", y recuerda que durante este año, la caridad debe ser un gran signo evangelizador.

En un segundo apartado, monseñor Cañizares anima a "ahondar y consolidar" en la experiencia de Jesucristo, la oración o trato de amistad con él la iniciación en la vida cristiana, la escucha de su palabra y el conocimiento de su persona en la comunión de la Iglesia.

CARIDAD INAGOTABLE.

También tiene un recuerdo el cardenal arzobispo para los santos y los mártires, que han dejado "una estela de vida de caridad inagotable". Alude en este punto a la beatificación de los 54 mártires toledanos que se celebrará en Roma y afirma que "ellos son la prueba más elocuente de la verdad de la fe que se realiza en el amor, en la caridad hasta el extremo".

En este apartado, se refiere también a la beata Teresa de Calcuta, cuyo décimo aniversario de muerte coincide con el curso pastoral en Toledo, una coincidencia "providencial", destaca, por ser un "signo para nuestro tiempo de Dios que es amor y aliento para todos para vivir la caridad, que es lo primero y permanece para siempre".

La eucaristía, como sacramento de caridad, es otro de los apartados de la carta pastoral, en el que monseñor Antonio Cañizares incide en la necesidad de una iglesia "cada día más intensamente eucarística".

SITUACIONES SOCIALES Y POLÍTICAS.

Una aplicación de todo lo anterior al momento actual es el contenido del apartado quinto de la carta, en el que se refiere a "los momentos que estamos viviendo, las situaciones sociales, políticas, culturales en que nos encontramos".

En este punto, y ante la próxima convocatoria electoral, monseñor Antonio Cañizares insta a "llevar a cabo un gran esfuerzo en difundir el conocimiento de la doctrina social de la Iglesia y propiciar su aplicación entre nosotros, para que esta doctrina social sea punto de referencia de la vida del pueblo cristiano".

Concretamente, y preguntado por este asunto, el cardenal arzobispo aclaró que la pretensión de estas palabras es la que cuando ejerzamos nuestro voto "seamos coherentes con nuestra conciencia cristiana". No habla, subrayó, de partidos políticos sino a los cristianos.

Finalmente, y significando la necesidad de "potenciar y fortalecer" Cáritas Diocesana y las Cáritas parroquiales, el cardenal destaca la "singular atención" que la iglesia debe prestar a los inmigrantes "que buscan salir de su miseria, liberarse de las amenazas que pesan sobre ellos, hallar un presente y un futuro mejor para sí y para los suyos".

"También los países receptores tienen el deber de ordenar justamente la inmigración, para evitar el conflicto entre los ciudadanos del país receptor y los que llegan de fuera desemboque en odio y violencia", convencido de que este problema "es uno de los más graves y complejos sin duda de nuestro tiempo" que requiere, para su solución, "cambios muy sustanciales en el ordenamiento mundial".

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