La Junta financiera con 30.000 euros las escuelas deportivas para discapacitados intelectuales en edad escolar

Actualizado: martes, 18 abril 2006 14:43

TOLEDO, 18 Abr. (EUROPA PRESS)

La Consejería de Educación y Ciencia colaborará con la Federación de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual de Castilla-La Mancha (FECAM) en la organización de escuelas deportivas para niños y niñas de entre 3 y 16 años con discapacidad intelectual.

El viceconsejero del Deporte, Javier Martín del Burgo, y el presidente de la FECAM, Eloy Camino, presentaron hoy este proyecto pionero a nivel nacional con el que se pretende mejorar la calidad de vida de los discapacitados intelectuales a través del deporte.

En total se realizarán a lo largo de este año 19 escuelas deportivas en Centros de Educación Especial y Centros de Atención Temprana en distintos puntos de la región en las que participarán más de 200 niños con un grado de discapacidad igual o superior al 33 por ciento. La aportación de la Junta es de 30.000 euros.

El viceconsejero del Deporte destacó el carácter pionero de este programa y los múltiples beneficios que aporta a los participantes tanto personales, como psicológicos y sociales. En este sentido, Martín del Burgo aseguró que "desde la Consejería de Educación y Ciencia vamos a seguir apostando por estas escuelas y nuestra intención es duplicar el presupuesto destinado a las mismas porque es una inversión en capital humano".

Asimismo, el viceconsejero anunció que en la próxima edición de las Distinciones al Mérito Deportivo se entregará la placa de plata a la FECAM, "por su gran labor en la integración de las personas".

Por su parte, el presidente de la Federación subrayó el apoyo de la Junta a estos programas y señaló que este proyecto "supone un paso adelante importante, ya que lo que otras comunidades están intentando poner ahora en marcha, nosotros llevamos tres años haciéndolo".

Entre los objetivos de las Escuelas Deportivas para personas con Discapacidad Intelectual están los de conservar y mejorar la salud física y psíquica, mejorar la relación social, tomar conciencia de la propia realidad y experimentar capacidades aún no descubiertas, vivir la competitividad y ayudar a la modificación de actitudes hacia las personas con discapacidad intelectual en las familias y en la sociedad