MADRID, 7 Feb. (EUROPA PRESS)
Eduard Andronache, el primer inmigrante regularizado en todo el país por el proceso de normalización de trabajadores extranjeros que se inició el 7 de febrero de 2005, aseguró hoy que en este año le "ha cambiado mucho la vida" y se mostró "muy feliz" porque por fin puede dejar de tener miedo a ser deportado y estar tranquilo en nuestro país donde "estar legal es otra cosa"
En declaraciones a Europa Press Televisión, este joven rumano de 28 años, reconoció que tuvo suerte de que su situación se regularizara en Guadalajara, lo que le ha permitido obtener el permiso para trabajar con tanta rapidez. "Es guay porque por un lado es una alegría de obtener los papeles, y encima ser el primero da mucha una ilusión", apostilló.
En este sentido, afirmó que actualmente se encuentra "muy feliz" y que todo le va "muy bien en España". Remarcó que se siente seguro y que ya no tiene que preocuparse de si le deportan a su país por estar ilegal en España o, por ejemplo, de qué le pase algo y no tenga cobertura sanitaria.
Añadió que ya puede hacer todo lo que desea como comprarse un coche, viajar a donde quiera o comprarse un piso, en definitiva, poder "invertir en España como un español cualquiera". "Ahora estoy bien de verdad, me gusta vivir en España, estoy muy feliz aquí", insistió.
DIFICULTAD PARA CONSEGUIR UN PERMISO
Asimismo, explicó que lleva en nuestro país cerca de cuatro años y medio pero que, para él, ha sido "bastante difícil" conseguir un permiso de trabajo "porque no había hasta el siete de febrero del año pasado ninguna ley para ello". Celebró que el Gobierno presidido por José Luis Rodríguez Zapatero le haya dado "esta oportunidad" así como haber encontrado con "esta empresa, con estos hombres tan buenos".
En este sentido, comentó que conoció este taller "a través de un amigo común" que le contó que buscaban un instalador de láminas solares, profesión en la que ya había trabajado con anterioridad. Puntualizó que al principio, al no tener los papeles en regla, no querían contratarle, pero en cuanto se inició el proceso de normalización se mostraron "encantados ante esta posibilidad".
Por otra parte, subrayó que tras conseguir los papeles ha podido viajar de nuevo Rumania tras casi cuatro años sin ver a su familia y sin visitar su país. Añadió que le ha producido "mucha alegría" poder visitar de nuevo a sus allegados, quienes le recibieron con entusiasmo, aunque apuntó que la vuelta ha sido "un poco extraña después de tanto años".
Andronache contó como hace varios años decidió, al igual que "todos los jóvenes que sueñan con hacer muchas cosas", venir a nuestro país por un par de años para "trabajar, ganar dinero y regresar". "Pero llegas aquí, trabajas y trabajas, te acostumbras y ya empiezas a pensar en volverte o no. Yo de momento me quiero quedar aquí pero ya veremos en el futuro", concluyó.
BALANCE POSITIVO DEL EMPRESARIO
Por su parte, uno de los socios propietarios del taller Aritio Lunas donde Eduard trabaja, David Moreno, hizo un balance positivo del año transcurrido desde que iniciaron el proceso de regularización y le contrataron. "De momento, sin ningún problema. Hace su trabajo perfectamente y es igual que cualquier otro", afirmó.
Moreno recordó como fue el propio Eduard quien les animó e informó de los trámites a seguir para la regularización."Nosotros buscábamos un oficiar laminador, pero era muy difícil encontrarlo. Eduard se presentó un día y se ofreció para el trabajo. Le hicimos una prueba y al ver que sabía de esto, quisimos contratarle", explicó.
En ese momento se abría el proceso de regularización, y Eduard se había informado al respecto, y además, había puesto al día todos los documentos requeridos. Por eso, "todo fue muy fácil y muy rápido, en quince días", comentó uno de sus jefes, lo que le convirtió en el primer inmigrante regularizado en el proceso especial abierto en febrero del año pasado.
En principio, empezó a trabajar en el taller de lunas con un contrato de seis meses, que renovó por otro de la misma duración. Ahora éste último está a punto de cumplir, y la empresa tiene la intención de hacerle indefinido.