Tribunales.- El acusado de asesinato en Quintanar dice que "no tenía ganas ni ningún motivo para agredir a la víctima"

Europa Press Castilla-La Mancha
Actualizado: martes, 13 enero 2009 14:55

TOLEDO 13 Ene. (EUROPA PRESS) -

José Ángel O.T., acusado del asesinato de un hombre de 84 años, al que golpeó con brutalidad, con pies y manos, en la cabeza y el resto del cuerpo, en el domicilio de este último en Quintanar de la Orden (Toledo), en julio de 2007, aseguró hoy que no recuerda nada de lo ocurrido hasta que entró en prisión, pero que, en cualquier caso, "no tenía ganas ni ningún motivo para agredir a la víctima".

Durante la primera sesión del juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Toledo contra José Ángel O.T., de 21 años, el acusado indicó que el día de los hechos iba a la piscina, cuando recibió una llamada de un primo suyo diciéndole que había terminado la carrera de Magisterio e invitándole a celebrarlo.

Al mezclar el alcohol con los dos tipos de medicamentos que tomaba debido a un tratamiento de desintoxicación que seguía desde el mes de mayo, empezó a sentir "ansiedad", por lo que decidió llamar a su "distribuidor" de cocaína, de la cual consumió un gramo, momento a partir del cual "todo son lagunas", añadió el imputado.

José Ángel dijo no recordar haber dado "patadas ni nada" a la víctima, ni haberse encerrado en el baño, ni "dónde estaba ni qué hacía", aunque advirtió de que "los hechos me señalan" y "las pruebas lo certifican", algo para lo que no encontró explicación, pues él subió a saludar a la víctima "como quien va a visitar a una persona cercana".

PERSONA DE BIEN

"Soy una persona trabajadora, una persona de bien, una persona de paz, que no hace daño a nadie", indicó el acusado a preguntas del Ministerio Público, ante el que reconoció, además, que tanto el fallecido como su esposa eran vecinos de su bisabuelo y personas "importantes en mi familia".

De otro lado, y preguntado por la acusación particular, José Ángel O.T. precisó que la víctima "se podía valer, aunque con 80 años no se va a las olimpiadas", destacó. También comentó que "en ningún momento" de su vida se ha puesto agresivo con nadie, a pesar de haber trabajado incluso en un bar de camarero donde "hay que aguantar mucho".

El Ministerio Fiscal pide para el acusado 23 años de prisión por el delito de asesinato y dos meses de multa a razón de 12 euros diarios por un delito de lesiones --que sufrió la asistenta--, además de una indemnización para los herederos de la víctima de 120.000 euros, y de 600 euros para la asistenta.

La Acusación particular, que se une a la petición de pena del Ministerio Público por el delito de asesinato, pide, sin embargo, que por el delito de lesiones pague 30 euros diarios durante dos meses. Además, solicita 100.000 euros para cada uno de los tres hijos de la víctima en concepto de indemnización y de 150.000 euros para la asistenta.

La defensa, por su parte, cree que su patrocinado --que ha completado en prisión su tratamiento de desintoxicación del alcohol y las drogas-- estaba "fuera de sus facultades" cuando ocurrieron los hechos, y por eso pide que se aplique la eximente completa para su libre absolución.

HECHOS

Los hechos, según la calificación del Ministerio Público, ocurrieron cuando José Ángel O.T., paseando el día 5 de julio por la calle Pizarro de Quintanar de la Orden, se encontró con una antigua vecina de sus abuelos y, tras preguntarle por su marido, se despidió de ella y subió al domicilio donde se encontraba la víctima con la idea de saludarlo.

Una vez allí, y encontrándose a solas con el hombre, identificado como D.P.S., José Ángel, con el ánimo de quitarle la vida o con conocimiento de que podía causarle la muerte, comenzó a golpear a D.P.S. con los pies y los puños repetidamente y con gran brutalidad en la cabeza y el resto del cuerpo.

Las lesiones que presentaba D.P.S. le ocasionaron la muerte el 8 de julio de 2007. La víctima, que en aquella época tenía 84 años, frente a los 20 del acusado, tuvo disminuidas sus posibilidades de defensa, limitándose a poner las manos en la cabeza para defenderse.

El imputado, no obstante, siguió golpeando a su víctima incluso cuando ya estaba tendido en el suelo aún con vida, dándole repetidas patadas y puñetazos, causándole deliberadamente un dolor innecesario.

Cuando llegó hasta su domicilio la mujer de la víctima, otros vecinos y la asistenta del matrimonio e intentaron abrir la puerta de la vivienda, el imputado les impidió el paso, encerrándose en el baño, no sin antes dar una patada en la cabeza y en la espalda a la asistenta.

En el baño el acusado se lavó las manos y la cara manchadas de sangre y dejando en ese lugar el bolso bandolera que llevaba y en el lavabo las gafas de ver, cerró la puerta desde dentro con llave alertado de la presencia policial, teniendo que ser derribada por los agentes de la Policía Local y los vecinos.

Según el Ministerio Público, el acusado, en el momento de ocurrir los hechos, no padecía ninguna enfermedad mental y conocía el alcance de sus hechos.

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