Tribunales.- Familiares del hombre asesinado en Ugena (Toledo) aseguran que no era violento y no se drogaba

Actualizado: miércoles, 4 febrero 2009 17:48

Compañeras de trabajo de la acusada dicen que la víctima la amenazaba y que nunca comentaron nada porque ella tenía miedo

TOLEDO, 4 Feb. (EUROPA PRESS) -

El padre de C.C.C., el hombre asesinado en un polígono de Ugena (Toledo) en 2006, aseguró hoy que su hijo no era violento, no se drogaba, y que pese a que en alguna ocasión le comentó que tenía problemas con la mujer acusada de quitar la vida a la víctima, Mónica M.S., "nunca presencié una agresión entre ellos".

Durante su declaración en la jornada matutina del juicio con jurado popular que se celebra desde ayer en la Audiencia de Toledo, el padre de la víctima señaló que desde que su hijo le presentó a la acusada, no le gustó.

Asimismo, apuntó que en alguna ocasión el fallecido le había comentado que tenía algún problema con la acusada. "Cuando mi hijo intentó dejarlo con esta chica, ella me lo mató. Ella y varios miembros de su familia, porque todos conocían a mi hijo", argumentó.

Por su parte, la siguiente en declarar, la ex novia de la víctima, con la que había convivido durante dos años y había tenido un hijo, manifestó que C.C.C. mantenía la misma relación con el niño que cuando estuvieron juntos y que le pasaba una pensión.

En este sentido, dijo que "jamás" le pegó, que nunca le humilló en público y que nunca le vio pegarse con nadie, pese a que admitió que se trataba de una persona con "mucho carácter" ya que "si le buscabas, le encontrabas".

En cuanto al consumo de drogas por parte del fallecido, indicó que no tenía problemas con las mismas, aunque apuntó que si iba a alguna fiesta, consumía. Así, dijo que la última vez que le vio estaba "triste" y que antes de fallecer "se supone que íbamos a retomar la relación otra vez", agregó.

BUENA RELACIÓN

De otro lado, la hermana de los dos hermanos acusados, explicó que tenía una relación "buenísima" con su hermana y que nunca le comentó que hubiese sufrido maltratos, vejaciones o humillaciones. "Nunca sospeché nada del comportamiento de Mónica, aunque estaba fatal y no era mi hermana", añadió.

Asimismo, manifestó en varias ocasiones que no le gustaba el fallecido y que presenció en una ocasión cómo le pegaba una patada en la cabeza a un chico en el local en el que trabajaba como portero de discoteca.

La hermana de la acusada dijo también que la noche en la que ocurrió el asesinato fue al lugar de los hechos en un coche conducido por su hermano pequeño y en el que también iba el otro acusado, Francisco Javier M.S. "Durante el trayecto mi hermana llamó y dijo que le había matado y que ya estaba a salvo", agregó.

En este sentido, aseguró que cuando llegaron al polígono de Ugena se bajaron un instante del coche ella y su hermano pequeño, así como que en ningún momento vieron el cadáver y que fue Francisco Javier el que fue a buscar a Mónica, para acto seguido volver ambos al coche e irse todos a su casa.

Por su parte, el hermano pequeño de los acusados indicó que no fue hasta el día siguiente al que ocurrieron los hechos cuando hablaron de lo sucedido y que fue el acusado el que ordenó que todos dijeran a la Guardia Civil que la culpa había sido suya.

Asimismo, admitió haberse deshecho del cuchillo con el que C.C.C. fue asesinado en un descampado cercano a su casa, lo que realizó junto a su hermano, y que lo mismo hicieron con un móvil "al que nunca quitamos la tarjeta ni manipulamos", añadió.

AMENAZAS

Por otra parte, dos de las compañeras de trabajo de la acusada, que testificaron en el juicio, indicaron que habían escuchado en alguna ocasión amenazas por parte del fallecido contra la acusada y su familia y que nuca comentaron nada porque ella "nos había dicho que no dijéramos nada por miedo", aseguraron.

Finalmente, uno de los médicos que atendió a la acusada en la época en la que estaba saliendo con la víctima, manifestó que nunca vio indicios de ninguna lesión física y que la atendió por un cuadro ansioso-depresivo que confesó que le estaba siendo causado por la relación con su pareja.