MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS)
La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), María Teresa Estevan Bolea, señaló hoy que las razones del cierre de la central nuclear de José Cabrera, decidido en 2002, "fueron exclusivamente políticas", y añadió que la central no deja de funcionar "por razones de seguridad".
En una entrevista concedida a Europa Press, Estevan Bolea afirmó que "el CSN no tiene nada que decir sobre ello, si los políticos deciden que las centrales operen, operarán, y si deciden que se cierren, se cerrarán".
La central nuclear de José Cabrera (Almonacid de Zorita, Guadalajara) parará su reactor el próximo domingo, 30 de abril, y se trata de la primera vez que una central nuclear española cuenta con un cierre programado. La planta ha funcionado estos 38 años "extraordinariamente bien, sin percances de ningún tipo, con una producción altísima, y en esta central se han formado los expertos, ingenieros y técnicos de han ido trabajando en las centrales de agua a presión de Ascó, Almaraz o Trillo", señaló Estevan Bolea.
La central de José Cabrera "siempre ha trabajado en condiciones seguras", así como el resto de las centrales nucleares de España, siete en total, "ya que si no lo fueran (seguras), no operarían, el CSN no lo permitiría", afirmó su presidenta. "Las centrales son seguras absolutamente, porque no se puede ser un poco segura o un poco insegura, o es segura del todo o no es segura; y en temas de seguridad no ha habido ningún problema", aseveró la responsable del CSN.
PROCESO DESMANTELAMIENTO
La central nuclear de José Cabrera (Almonacid de Zorita, Guadalajara) comenzó sus actividades en 1968, es propiedad de Unión Fenosa y cuenta con un reactor nuclear procedente de un submarino. La central se parará el próximo domingo, 30 de abril, y se irá enfriando poco a poco. Primero se desmantelará la parte de baja actividad, de chatarras y edificios, y después se procederá a desmantelar el reactor nuclear, a partir de 2009 cuando esté terminado el Almacén Temporal Individualizado (ATI).
Así, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) gestionará el combustible gastado de la central y los residuos radiactivos de la planta y los que se generen durante su desmantelamiento. Enresa se hará cargo de la central en 2009 y los residuos pasarán al Almacén Temporal Individualizado que se está construyendo en los propios terrenos de la central.
El combustible gastado de alta radiactividad, después de permanecer entre seis meses a uno año en las piscinas de la central, pasará a unos contenedores de acero inoxidable, colocados a su vez en contenedores de hormigón que conforman el ATI. "Allí se dejarán los años que sean hasta que se disponga de la Almacén Temporal Centralizado (ATC) o que se decida enviar los combustibles a almacenamientos regionales europeos, o a cualquier otro destino, o se quedarán allí decenas de años", explicó la presidenta del CSN.
España ya cuenta con la experiencia de desmantelar una central nuclear, como fue el caso de Vandellós II (Tarragona). La diferencia entre ambas centrales, según Estevan Bolea, es que el combustible de Vandellós II se envió a Lahague (Francia) y España ha pagado más de 100.000 millones de pesetas (600 millones de euros) para el almacenamiento de combustible, "lo cual es una barbaridad", mientras que en José Cabrera "se almacenará todo el combustible en el ATI 'in situ' en el recinto que conforma la central".