17 de enero, el día que se heló el Pisuerga en Valladolid

Río Pisuerga con placas de hielo en 1971
AYUNTAMIENTO DE VALLADOLID-ARCHIVO MUNICIPAL
Europa Press Castilla y León
Actualizado: domingo, 17 enero 2016 13:33

VALLADOLID, 17 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Tal día como este domingo, 17 de enero, en el año 1729, las bajas temperaturas hicieron que el río Pisuerga --actualmente afectado por la crecida provocada por las últimas lluvias-- se congelara en su superficie a su paso por Valladolid, una situación que se prolongó hasta primer día del mes de febrero.

Según consta en varias crónicas de la época, aquel invierno las temperaturas se acercaron a los 30 grados bajo cero, lo que provocó que el Pisuerga se congelara hasta permitir el paso sobre su superficie de carros y hombres montados a caballo, tal como narra Juan Ortega y Rubio en su Historia de Valladolid.

Asimismo, algunos aprovecharon la situación para practicar el juego de la barra, consistente en lanzar una pieza de metal, sobre esta superficie helada.

Por su parte, el cronista vallisoletano del siglo XIX Matías Sangrador se refiere a este hecho para señalar que en estos días hubo algunos vecinos que herraron sus animales con clavos de punta de diamante para cruzar el río helado por debajo del Puente Mayor hasta el desaparecido monasterio de los Santos Mártires Cosme y Damián, ocupado por monjes de la Orden de San Basilio en los terrenos sobre los que hoy se asienta la factoría de Michelin en la margen derecha del Pisuerga, al norte de la ciudad.

Sangrador también se refiere a las "danzas y grandes reuniones" que se produjeron en torno a las aguas solidificadas, en las que sólo se registró una desgracia, la del sacristán de San Pedro, a la cual se refieren tanto este cronista como Juan Ortega y Rubio, que en su empeño de conocer la profundidad del hielo, comenzó a cavar en el río con un azadón frente a la iglesia de San Nicolás, lo que provocó que se abriera el hielo y se sumergiera en las aguas, de forma que resultó degollado por el hielo en el acto.

En estos días de intenso frío, de los tejados y cornisas se formaron peligrosos témpanos que amenazaban la integridad de los transeúntes, por lo que se mandó derribarlos y, para evitar también caídas en las calles, se dispuso que se cubriera el pavimento con estiércol, según un relato recogido por el historiador Luis Calabia Ibáñez.

No fue ésta la única ocasión en que se heló el Pisuerga a su paso por la localidad vallisoletana, que también se produjo el 30 de enero de 1658 y el 21 de enero de 1885, así como en 1914 o 1971, ocasión esta última reflejada en la fotografía que ilustra esta noticia.

  

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