VALLADOLID 14 May. (EUROPA PRESS) -
Más de 1.400 bebés nacen prematuros cada año en Castilla y León, lo que significa que el 8,2 por ciento de todos los nacimientos se producen antes de completar las 37 semanas de gestación, según informaron a Europa Press fuentes de la compañía Abbot.
En el mundo, más de 13 millones de niños nacen prematuros cada año, una cifra que En España se sitúa alrededor de los 40.000 niños. Según la Sociedad Española de Neonatología (SEN), el número de bebés impacientes por venir al mundo se ha incrementado en un 13 por ciento desde 2001.
Al igual que en la mayoría de comunidades, en Castilla y León la mayoría de los nacimientos prematuros --el 87 por ciento-- se produce cuando entre la semana 32 a 36 de gestación.
Dos de cada tres niños son prematuros tardíos, nacidos en el periodo final de gestación (34 a 36 semanas), pero sin alcanzar la semana 37, considerada normal para completar un embarazo.
Aunque presentan a menudo el mismo peso y talla que los niños nacidos a término, los prematuros tardíos tienen mayor inmadurez fisiológica, metabólica, y riesgo de morbilidad y mortalidad. Estos niños presentan una serie de alteraciones hasta la edad adulta, que es preciso controlar desde su nacimiento para minimizar su riesgo.
Los prematuros tardíos poseen también una inmadurez inmunológica, y presentan más reingresos que los bebés nacidos a partir de la semana 37. Además tienen una tasa de mortalidad tres veces mayor que la de los niños nacidos a término.
En España el 79 por ciento de los nacimientos antes de tiempo son prematuros tardíos. Éstos representan el 5,8 por ciento de toda la población de nacidos vivos en nuestro país. El prematuro tardío tiene una condición de vida óptima menor que la de los nacidos a término.
La conclusión de los expertos en este sentido pone de relevancia la necesidad de no infravalorar a estos pacientes ya que su condición es diferente a la del bebé nacido tras las 37 semanas. Para ello se reivindica la necesidad de revisar las pautas de asistencia, y de desarrollar un protocolo para sus cuidados y una monitorización cerrada.