LEÓN, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Catedral de León alberga diferentes escenas relativas a la Natividad, pequeñas muestras belenísticas que van desde una imagen de la Adoración que data del siglo XV hasta el nacimiento gótico "más relevante" de Castilla y León en la portada de San Juan.
Dicho nacimiento se materializa en un conjunto escultórico del siglo XIII realizado en piedra y tiene una "gran importancia", junto a la escena que alberga una vidriera del siglo XVI y que ocupa todos los ventanales de la capilla central del ábside, la Capilla de la Virgen Blanca.
Además, son destacados los relieves del trascoro de la Catedral, del Renacimiento, ya que constituyen por sí mismas "piezas singulares; auténticos monumentos", según ha explicado el historiador Máximo Gómez en declaraciones a Europa Press.
Por su parte, el retablillo con la escena de la Adoración, del siglo XV, es una representación monumental con la "singularidad" de que el hecho central que se muestra es el momento de la Adoración del niño.
En la escena, realizada en madera estucada y policromada, la Virgen María adora al niño Jesús tras dar a luz y a su derecha aparece el pesebre con la mula y el buey.
"Responde a la literatura que se desarrolló en centro Europa a finales del siglo XIV y todo el siglo XV, que se inspiraba en las revelaciones de Santa Brígida", ha señalado. Al respecto, ha precisado que en la imagen la Virgen tiene la junta del manto debajo del niño, un detalle que manifiesta un espíritu sentimental profundo.
SAN JOSÉ, "VIGILANTE"
Por su parte, San José contempla la escena porque ejerce el papel de "vigilante", mientras el niño Jesús es una escultura de proporciones muy pequeñas respecto al tamaño del conjunto escultórico.
De esta manera, se pretende resaltar la humildad del recién nacido niño, una imagen que se ubica bajo una arquitectura donde se configuran dos letras: alfa y omega. "Nos repite un mensaje de gran importancia: el principio y el fin, un eterno", ha apuntado.
Además, aparece el anuncio del ángel a los pastores, una escena de género con corderos con la que se pretende separar la Adoración de los pastores de la escena de la Adoración de la Virgen. Se trata de una pieza de finales del siglo XV, perteneciente al mismo estilo hispano-flamenco de los artistas que trataron el coro de la Catedral.
MOMENTOS "CRUCIALES"
Para Máximo Gómez es una obra "muy importante, singular y encantadora" y, en su opinión, marca "un hito más" en la escala de representaciones que cronológicamente enmarcan momentos "cruciales" en la Pulchra Leonina.
Dichos momentos se escenifican en el tímpano en la portada de San Juan, del siglo XIII; en la vidriera de Herrera, uno de los grandes artistas del Renacimiento; en todos los ventanales de la capilla central del ábside de La Virgen Blanca y en el trasfondo, con una obra de Esteban Jordán de finales del siglo XVI.
Por otra parte, en el archivo de la Catedral se encuentra el antifonario que data del siglo X ó XI, donde aparece por primera vez en la provincia la representación de la Natividad y la Adoración de los Reyes en pintura mozárabe. "Son momentos históricos muy importantes realizados en piedra, vidrio y madera que a la Catedral le dan una categoría sobresaliente", ha concluido.
