Valladolid acoge desde doscientos grabados de Goya, "el primer reportero de guerra" con un buril y una planchas de cobre

FUNDACIÓN MUNICIPAL DE CULTURA

VALLADOLID 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Valladolid acoge desde hoy doscientos grabados de Francisco de Goya, artista polifacético que la comisaria de la muestra, Marisa Oropesa, no ha dudado al calificar como "el primer reportero de guerra", en alusión a la crueldad y atrocidades que el artista aragonés de Fuendetodos ha logrado plasmar en todas y cada una de las obras recogidas en 'Los Desastres de la Guerra', una de las tres series completas que, junto a 'Los Caprichos' y 'La Tauromaquia', integran esta exposición.

Bajo el título genérico de 'Goya, la genialidad de un cronista', la muestra permanecerá expuesta hasta el próximo día 16 de enero en la Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión, donde los visitantes verán en ella una crónica social y una crítica satírica de la España del siglo XVIII, tanto en su primera serie 'Los Caprichos', donde hace una crítica del clero y de la burguesía, como en aquella dedicada a la tauromaquia, reflejo de su amor por este arte, y la centrada en la Guerra de la Independencia.

Con respecto a los ochenta grabados de esta última serie, Oropesa ha reiterado que Goya fue el "primer reportero de guerra que ha sabido describir paso a paso, no con una cámara de fotos que no existía en su época, sino con unas planchas de cobre y un buril esa maldad del ser humano" y las atrocidades de las contiendas bélicas.

La comisaria de la muestra, presentada hoy públicamente en un acto al que asistieron también el alcalde y la concejal de Cultura, Comercio y Turismo, Javier León de la Riva y Mercedes Cantalapiedra, respectivamente, así como el principal artífice de la exposición y director de la Colección Arte, Hans Meinke, ha subrayado así la importancia del legado dejado por Goya en los grabados que, con gran dramatismo, reproducen la Guerra de la Independencia Española (1808-1814).

En la misma línea, Hans Meinke, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha indicado que la obra de Francisco de Goya es "una de las más importantes de la historia del arte y del grabado universal", tan sólo comparada con la de otros grandes genios como Durero y Rembrant y objeto de culto de grandes artistas contemporáneos como, por ejemplo, el pintor Antonio Saura o el escritor alemán Günter Grass.

Meinke también ha incidido en que la obra de Goya, en especial los grabados de su serie completa 'Los Desastres de la Guerra', son un fiel reflejo de las virtudes, defectos, crueldades y atrocidades de nuestro tiempo pero que el artista ya fue capaz de mostrar en su época, y en este sentido ha establecido un paralelismo entre los grabados del pintor aragonés y las instantáneas de la guerra vietnamita, en especial la de esa niña que, desnuda y despavorida, aparece corriendo por una carretera después de que un avión de Vietnam del sur bombardeara con napalm la localidad de Trang Bang.

"VOLCÁNICA CREATIVIDAD"

El director de Colección Arte ha subrayado asimismo el longevo espíritu creador de Goya, que cuando creó 'Los Caprichos' contaba con 51 años pero que pasaba de los 70 en el momento en que realizó las otras dos series 'La Tauromaquia' y 'Los Desastres de la Guerra', "pues es impresionante que un ser humano, en esa etapa de su vida, tuviera todavía esa volcánica creatividad".

Por su parte, el alcalde de Valladolid ha expresado su deseo de que la coincidencia en el tiempo de esta muestra y las inminentes fiestas navideñas contribuya a que buena parte de los escolares de la capital visiten el Museo de Pasión y con el fin de que, como así ha advertido en clave de humor, "algunos descubran que Goya no sólo es una parada de metro en Madrid sino un artista genial".

León de la Riva, todavía irónico, también ha aprovechado para destacar que la afición que el artista tenía por el arte de la Tauromaquia es compartida en una ciudad como Valladolid, y no sólo por que el Pleno del Consistorio la declarara 'Ciudad Taurina', sino por otra serie de acontecimientos históricos como el que el artista plasma en uno de sus grabados cuando el rey Carlos V alancea un toro en plena Plaza Mayor. "Ello demuestra que no es un invento de este alcalde que Valladolid sea una ciudad taurina", ha concluido.