Foto: LIBERALIA
TORO (ZAMORA), 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
La bodega Liberalia, ubicada en la localidad zamorana de Toro, ha destacado el éxito del Ariane fermentado en barrica, un espumoso del que sólo ha sacado a la venta 500 botellas y que ha conseguido una aceptación "excepcional" por lo que la empresa tiene previsto aumentar la producción en 2012 hasta llegar a las 1.500 botellas de este espumoso envejecido en barrica de roble francés "de primera calidad".
Así lo ha anunciado a la agencia Europa Press el propietario de la bodega, Juan Antonio Fernández, que se ha mostrado "muy contento" y satisfecho de la apuesta de Liberalia por el espumoso, un producto, el Ariane, que nació hace cinco años y que la bodega toresana elabora con el método francés tradicional, 'champenoise'.
La producción del espumoso de Liberalia ronda en torno a las 5.000/6.000 botellas por temporada que se comercializan en el mercado nacional, principalmente en Castilla y León y en Madrid, aunque también se ha hecho un hueco en Cataluña y ha encontrado un cliente en Francia, además de haber salido a Alemania y EE.UU.
Juan Antonio Fernández ha destacado la "singularidad" de este espumoso al que han querido alejar de la "globalización" de productos a base del verdejo de Rueda --"también estupendos", según ha reconocido-- para elaborarlo con una variedad autóctona y escasa de verdejo de Zamora (90 por ciento) y con un moscatel de grano menudo (10 por ciento).
"Es un espumoso singularísimo, no hay ninguno en el mercado con estas dos variedades", ha garantizado el propietario de Liberalia, que ha destacado también el proceso de elaboración de este espumoso caracterizado por un sistema de burbuja "muy pequeña y fina" que está "muy integrada" con el líquido y que deja una corona alrededor de la copa, a lo que ha unido un control "muy exhaustivo" de la segunda fermentación.
El espumoso de Liberalia lleva por nombre 'Ariane', una denominación que aúna los conceptos cine y París, dos de las pasiones de su creador, y que hace alusión también al nombre de la mujer de Dionisio, dios griego del vino. Además, su etiqueta representa un celuloide a lo que se suma una cápsula en color rojo, al igual que las típicas alfombras de los estrenos, y una botella con diseño italiano.
Juan Antonio Fernández se ha definido como un "gran aficionado" a los champanes hasta el punto que antes de tener su propia bodega ya elaboraba de forma "casera" su particular "bruto de caberna" del que sacó cien botellas que etiquetó con una etiqueta rústica aunque sólo para consumo familiar y con amigos.
"Es un tipo de vino que siempre me ha ilusionado, a pesar de su dificultad", ha confesado Fernández, que ha recordado que los champanes son unos de los vinos más complicados de hacer para los enólogos.
