BARCELONA, 13 Ago. (EUROPA PRESS) -
La ola de calor africano que azotó Catalunya este mes y que rozó los 40 grados no afectó, en líneas generales, al campo catalán, y agricultores y ganaderos afirman que se trata de una situación cíclica que entra dentro de la normalidad.
El responsable del Servicio de Producción Agrícola de la Generalitat, Jaume Boixadera, explicó a Europa Press que "todos los años se dan estas temperaturas, este verano no ha sido tan exagerado, sino que está dentro de la dinámica normal".
Según Boixadera, las lluvias de mayo y junio sirvieron para recuperarse de una situación "dramática", mientras que el calor de julio y agosto ayudó a acabar de madurar algunos productos, como la fruta.
Boixadera recordó que los cambios fuertes de temperatura son "el día a día del agricultor", y señaló que el calor de este año "ha permitido que las cosechas llegaran a buen fin".
En cuanto a la cosecha de peras y manzanas, productos estrella en Catalunya, señaló que "no está yendo mal" porque, además, no sufren las plagas y enfermedades de otras temporadas.
El coordinador de Programas Sanitarios de la Subdirección de Ganadería de la Generalitat, Iscle Selga, señaló que las altas temperaturas afectan a la producción de los animales. Los más afectados suelen ser los cerdos de engorde, que pueden tener problemas respiratorios o cardíacos, y las gallinas, que disminuyen el número de huevos.
En declaraciones a Europa Press, Selga dijo que "no hay ningún caso excepcional" por la ola de calor e insistió en que "si hay pérdidas, será algún caso puntual".
