BARCELONA, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 25% de los catalanes con vista cansada que utilizan gafas para ver de cerca llevan modelos premontados sin ninguna garantía sanitaria, adquiridas en comercios que no respetan la normativa adecuada, ha advertido este jueves el Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Catalunya.
En rueda de prensa, el presidente del colegio, Alfons Bielsa, ha señalado que este caso de automedicación sin contar con la prescripción de los profesionales adecuados puede suponer a corto plazo la realización de un sofreesfuerzo para ver mejor y por lo tanto una pérdida de rendimiento visual en un futuro.
En total, los ópticos calculan que más de las 850.000 gafas premontadas que se comercializarán en Catalunya durante 2010 --un 88,5% del total-- no cumplen con las normativas sanitarias de la Unión Europea (UE). Por ello, han solicitado a la Conselleria de Salud de la Generalitat un "mayor control" sobre este tipo de productos.
En cualquier caso, la junta del Colegio ha señalado que desde julio han mantenido un par de reuniones con el Instituto Catalán de la Salud (ICS), y han subrayado que los controles desarrollados también han permitido realizar algunos decomisos, como el de hace unos días en un local comercial de Badalona (Barcelona), donde se incautaron 3.500 de estas gafas procedentes de China.
Los especialistas han subrayado que la comercialización de muchas de las gafas premontadas que se ofrecen en bazares, mercados, supermercados o quioscos "no son más que lentes de aumento de mala calidad", aunque su bajo precio las hace atractivas.
El desconocimiento de la población y la falta de tiempo para acudir a un óptico son otras de las razones que llevan a confiar en estas gafas --si bien solo son efectivas en el 5% de los casos, porque normalmente la gente tiene otras problemáticas en la visión que deben compensarse con las gafas adecuadas--.
Unas gafas premontadas para ver de cerca sin garantías sanitarias pueden costar entre dos y tres euros, mientras que un modelo sencillo de gafa prescrita por un óptico puede ascender hasta los 40 o 50 euros.
A pesar de ello, Bielsa ha recordado que estas gafas no siguen "ningún tipo de control" durante su proceso de fabricación, lo que a la larga puede suponer más problemas que ventajas en la visión.