BARCELONA 15 Feb. (EUROPA PRESS) -
La chef catalana Carme Ruscalleda y la Clínica Planas de Barcelona se han unido para ofrecer un menú antiedad, rico en antioxidantes, fibras y vitaminas, en el restaurante Moments del Hotel Mandarin Oriental de Barcelona con el objetivo de retrasar el inevitable proceso del envejecimiento del cuerpo.
La ingesta del menú no logrará borrar las arrugas de la tez, se ha apresurado a comentar el responsable de la Unidad Antiaging de la Clínica Planas, Manuel Sánchez, que junto a Ruscalleda ha reivindicado la cocina de proximidad de toda la vida como la más "sana y rica", pero con un enfoque del siglo XXI para hacerla apetecible y sabrosa.
Ideado por el hotel y la clínica, el proyecto ha sido asumido con gran motivación por Ruscalleda --reconocida con seis estrellas Michelin--, que traslada a la gastronomía el concepto 'antiaging': "Lo moderno es comer como tu bisabuelo, pero con mentalidad del siglo XXI".
Con la variedad de los alimentos de cada estación como telón de fondo, el menú se compondrá de unos entrantes de aperitivo, un primer plato, un plató principal, un postre y unos divertimentos a base de pequeñas porciones de chocolate y repostería que variarán cada semana en función de la temporada.
La clínica será la encargada de valorar las cualidades nutricionales de los diferentes menús y aportará el sello científico conforme su conjunto aporta la riqueza de elementos necesarios que requiere el cuerpo.
"Es importante disfrutar mientras comemos, porque si tomamos un raquítico pescado a la plancha envejeceremos más rápido", ha señalado Sánchez en tono de broma, pero con el convencimiento de que se puede comer muy sano y de una forma "maravillosa" para los sentidos.
Esta semana el menú, que cuesta 59 euros, empieza con unas almendras saladas, aceitunas rellenas de anchoa y patatas chip, pero en cantidades reducidas y sigue con una crema de alcachofas fritas y cigalas a la plancha.
El plato principal es potro del pirineo que, por su cuidada alimentación, es rico en omega 3,'calçots', brócoli y escarola, ha explicado el hijo de la restauradora.
El postre es una crema de limón con naranja y un poco de aguacate, mientras que los divertimentos son unes pequeñas porciones de chocolate --gran fuente de antioxidantes, frutos secos --de los que no hay que abusar-- y pasta filo con regaliz regada con aceite de oliva.