BARCELONA 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
La nueva central energética que dotará a 55 edificios del 22@ de Barcelona de frío y calor mediante una red de cañerías resucitará la chimenea de la antigua fábrica textil de Ca l'Aranyó, uno de los símbolos de la Barcelona industrial.
El nuevo complejo, que comenzó a construirse en marzo y que se prevé inaugurar en la primavera de 2011 entre las calle Tànger y Roc Boronat, permite producir energía frigorífica para su distribución que se emite en dos depósitos de hielo, y se canaliza por medio de una red de tuberías conectadas a los edificios. De momento, ya están conectados 55.
Además, la planta, que usará un sistema de calderas cuando sea necesario, utilizará para expulsar los gases de la combustión la chimenea de Ca l'Aranyó, de 1872, y que está ubicada en el patio de la Universidad Pompeu Fabra.
El sistema de climatización centralizada implantado en este distrito responde a que "la ciudad, como Catalunya y España, no son lugares de producción y se encuentran con una producción energética deficitaria", ha asegurado el alcalde accidental y responsable económico municipal, Jordi William Carnes, en una visita a las obras de la central, la segunda del 22@.
"Dependemos del gas del sur y de la electricidad del norte. Por eso hay que maximizar la eficiencia de nuestros propios recursos", ha defendido Carnes. Ejemplo de ello es que la planta conecta con la incineradora de Tersa utilizando el vapor de la incineración para calentar el agua.
El sistema consiste en un circuito cerrado de agua, que conecta las centrales con los edificios a través de cuatro tuberías de ida y vuelta, dos de frío y dos de caliente. Una fórmula sostenible que reduce el gasto en un 10% en comparación con los sistemas tradicionales.
Carnes ha afirmado que el sistema es especialmente amortizable para empresas, que son las que utilizan durante más horas al día los sistemas de climatización. "Más que una vivienda", ha matizado. Además, la denominada 'Solución districlima' representa un ahorro de combustible fósil del 52% y, en el año 2009, evitó la emisión de 7.000 toneladas de CO2.
"Además se reduce el gasto ya que no necesita la instalación de aparatos, manteniendo la estructura de los edificios intacta", ha explicado.
Para el alcalde accidental, este tipo de sistemas tiene sentido en una ciudad de construcción nueva, como el 22@, la Zona Franca y la Sagrera. Ha añadido que ya se utiliza en ciudades como París, Lisboa y Mónaco.