BARCELONA, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Centro de Regulación Genómica, integrado en el Parque de Investigación Biomédica de Barcelona (PRBB), descifrará el genoma completo de la remolacha, todavía desconocido, en el marco de un proyecto financiado por un instituto alemán, según explicaron hoy el director del CRG, Miguel Beato, y la jefa de la Unidad de Genómica, Mònica Bayés.
El centro, el primero en España en adquirir una máquina de ultrasecuenciación genómica en 2007, trabaja sobre todo para aplicaciones médicas y relacionadas con el cáncer y la diabetes, especialmente, pero también para áreas medioambientales y agrícolas que demandan empresas biotecnológicas y hospitales.
Con más de 350 investigadores, de más de 30 nacionalidades y de 32 años de media, el CRG cuenta con un presupuesto de más de 10 millones de euros, aportados por la Generalitat, en su mayor parte, el Ministerio de Ciencia e Innovación y otros fondos privados.
Las tres máquinas de ultrasecuenciación del CRG son la joya de la corona de este centro, de 7.500 metros cuadrados, y que, según explicó Bayés, "sacan humo", al contar con listas de espera de hasta tres meses.
Se trata de máquinas que no paran un día al año y que "sólo por pulsar el valor de encendido" cuestan 10.000 euros, por los reactivos que necesitan, explicó Bayés. Éstas permiten descifrar el genoma de un ser vivo en pocas semanas e incluso días, para observar variaciones genéticas que determinan o predisponen enfermedades.
Beato mostró su ilusión por situar el CRG entre los diez mejores del mundo, y aunque admitió que no puede competir en número de investigadores, sí lo puede hacer en talento.
El subdirector del CRG, Luis Serrano, evidenció los cambios que ha experimentado la ciencia en el siglo XXI, en que se ha desterrado el mito del científico solitario en un sótano con pipetas y humo de colores.
Actualmente, la ciencia se hace en equipo, con grandes máquinas --a veces compartidas--, y con grupos especializados y multidisciplinares.
