BARCELONA, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -
El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha aceptado paralizar la recalificación del Miniestadi del FC Barcelona y empezar un diálogo con el club azulgrana para definir "conjuntamente" una nueva propuesta de transformación, según ha dicho este jueves después de que la nueva Junta del Barça haya pedido a la Generalitat suspender cautelarmente el planeamiento de la recalificación.
En declaraciones a los periodistas, Hereu ha descartado actuar por la vía de los hechos consumados, que "no hubiera llevado a ningún sitio". "Por la vía del enfrentamiento legal no modificaríamos nunca nada", ha resaltado el alcalde, quien ya ha expresado al nuevo presidente del Barça, Sandro Rossell, su voluntad de trabajar conjuntamente.
El alcalde ha explicado que la ciudad y el club deben entenderse. "Quiere decir trabajar conjuntamente para hacer una propuesta de transformación, donde ellos --el Barça-- puedan tirar adelante la mejora de sus equipamientos, y donde nosotros hay principios importantes, y a los que no renunciaremos como ciudad", ha concretado.
Ha explicado que el Barça necesita "de manera imperiosa" mejorar sus parcelas y poner al día equipamientos como el Palau Blaugrana y el Palau de Gel, mientras que la ciudad no renunciará a abrir la zona para la ciudadanía ni tampoco a los equipamientos necesarios para la ciudad y el distrito de Les Corts. "A nosotros nos toca defender el interés general de la ciudad", ha dicho.
UN NUEVO PROCESO "LARGO"
Así, Hereu y el Barça están "en fase de aproximación de posiciones" para iniciar un diálogo técnico que durará meses. Será "un proceso largo" aunque sin un plazo fijado. "No podemos marcar un plazo pero sí la voluntad de empezar a trabajar", ha resaltado. El alcalde les hará llegar los principios que defenderá para la ciudad y espera que el club concrete sus aspiraciones.
El Ayuntamiento aprobó en mayo la recalificación tras 12 años de debate con los votos del PSC, CiU y ERC, formación que durante la tramitación también se había abstenido; y ahora sólo faltaba el 'sí' de la Subcomisión de Urbanismo. El plan suponía demoler el Miniestadi con un ecobarrio con 1.624 pisos, una decena de equipamientos, zonas verdes, aparcamientos y techo hotelero.
