Mena afirma que la reforma laboral parte de un "fracaso colectivo" y pide una actitud constructiva

 E.Sánchez, F.X.Mena Y R.Bonastre
EUROPA PRESS
Europa Press Cataluña
Actualizado: viernes, 22 junio 2012 17:25

BARCELONA 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

El conseller de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena, ha constatado este viernes que la reforma laboral parte de un "fracaso colectivo", y ha afirmado que no hay que buscar culpables sino intentar encontrar una solución al problema del mercado de trabajo español, principalmente la falta de competitividad.

"No es cuestión de buscar culpables, sino de reconocer que todos nos hemos equivocado", ha afirmado Mena durante la clausura de una jornada sobre la reforma laboral en la Generalitat.

Ha reiterado que el Govern de Artur Mas hizo una declaración de principios a favor de la empresa y, por consecuencia, de los puestos de trabajo, al crear la Conselleria de Empleo, y ha defendido que la reforma laboral opta por una vía de ajustes internos en vez de despidos: "La música es la de los ajustes temporales internos que permitan enderezar la economía y generar empleo".

La secretaria de Empleo, Esther Sánchez, ha avalado la reforma porque ha asegurado que era necesaria y un reclamo de las instituciones y mercados internacionales, aunque ha afirmado que faltan elementos de seguridad, entre los que ha citado la falta de equilibrio entre los derechos de empresas y trabajadores.

SINDICATOS Y PATRONALES

La jornada ha reunido en una mesa redonda a representantes de los principales sindicatos y patronales de Catalunya, que han puesto de manifiesto las diferencias de perspectivas entre unos y otros respecto a la reforma laboral.

Tanto el secretario general de CC.OO. de Catalunya, Joan Carles Gallego, como el secretario de política sindical de UGT de Catalunya, Camil Ros, han criticado que es una reforma política e ideológica que no tiene en cuenta fundamentos económicos reales, y han reprochado que no propicia la creación de puestos de trabajo, sino que desde su implantación han aumentado los expedientes de regulación de empleo (ERE) de extinción.

Gallego ha argumentado que el principal problema de la economía española es la dificultad para acceder al crédito y no los elevados costes laborales, por lo que ha reiterado que "es una reforma que se basa en cuestiones no fundamentadas en la realidad", y ha criticado que ha generado más conflicto en el interior de las empresas porque judicializa los problemas que antes se solucionaban de manera autónoma entre empresarios y trabajadores.

Ros ha ironizado asegurando que la reforma laboral "ha conseguido sus objetivos en un tiempo récord": los ERE de suspensión han crecido un 300%, los de extinción un 40%, se ha reducido la dualidad de contratos porque la mayoría de los despidos son de trabajadores indefinidos y se han reducido los salarios.

Ha afirmado que la reforma "no intenta afrontar las debilidades del mercado de trabajo, sino hacer lo que no se puede hacer con la moneda, es decir, una devaluación de los salarios".

Por su parte, el presidente de Pimec, Josep González, ha admitido que no es una reforma perfecta "pero sí que es valiente", y ha replicado a los sindicatos que la ley en sí no es generadora o destructora de puestos de trabajo, sino que marca los parámetros legales y crea perspectivas de futuro.

"La situación es la que es. No se pueden hacer milagros con un crecimiento negativo del PIB", ha manifestado, y ha reprochado la política de excesiva austeridad que viene marcada desde Bruselas y la obsesión por los equilibrios presupuestarios.

El secretario general de Fomento del Trabajo, Joan Pujol, ha lamentado que la reforma no se haya podido pactar entre patronales y sindicatos, y se ha mostrado receloso hacia la excesiva interpretación judicial que permite la ley, una actitud que también ha mostrado el secretario general de Fepime, Salvador Guillermo.

"Los inversores extranjeros no nos preguntan por la situación financiera, sino por la reforma laboral y por si los jueces están por la labor de aplicarla", ha manifestado Pujol, mientras que Guillermo ha reclamado que las reglas del juego estén claras para que el empresario también tenga claro cómo actuar y no estar sujeto a interpretaciones dispares.

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