La investigación contra ellos permitió destapar un presunto caso de corrupción en Mossos
BARCELONA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los ocho acusados de formar parte de una banda de narcotraficantes que participó en una compraventa de 50 kilos de cocaína en mayo de 2009 --cuya mayor parte resultó ser yeso y azúcar-- han aceptado condenas de hasta dos años de cárcel por un delito de tráfico de drogas, pero no ingresarán en prisión porque las penas han quedado suspendidas.
Fuentes jurídicas han explicado a Europa Press que siete de los acusados han pactado una condena con el fiscal de dos años de cárcel y una multa de 90.480 euros, y al que acusaban de tenencia ilícita de armas, David D.G., le condenan también a 720 euros de multa por este delito, mientras que el octavo acusado ha aceptado una pena de un año de cárcel y 30.000 euros de multa.
Las citadas fuentes han expresado que la Fiscalía, a la hora de pactar con las cinco defensas, ha aplicado una atenuante de dilaciones indebidas muy cualificada, y ha tenido en cuenta que los acusados no tenían antecedentes; tras ratificar dicho pacto ante la Sección 10 de la Audiencia de Barcelona, ahora esta sección dictará sentencia en base al acuerdo.
Los hechos se remontan al 28 de mayo de 2009 cuando, tras un chivatazo, la Guardia Civil detuvo a uno de los acusados cuando abría un maletero de un vehículo estacionado para recuperar los 50 kilos de cocaína, tras pagar 450.000 euros por el alijo, distribuido en 29 paquetes.
Al analizar la sustancia intervenida, se descubrió que en realidad solo uno de los paquetes contenía droga --en el resto había yeso y azúcar--, y que otros dos acusados habían vendido la falsa droga y delatado al primer traficante para quedarse con su dinero.
Este caso, investigado por el Juzgado de Instrucción 1 de Barcelona, desembocó en una derivada en la que el juez destapó un presunto caso de corrupción en los Mossos d'Esquadra, y el jefe de la unidad anticorrupción fue investigado por presuntamente revelar a miembros de la banda de narcotraficantes que estaban siendo vigilados por su unidad.
El juez había retirado la investigación de la Guardia Civil, tras detectar supuestas irregularidades en la custodia de la cocaína incautada, y se la entregó a los Mossos, pero posteriormente descubrió que, al parecer, la unidad de Mossos protegió a un confidente policial presuntamente vinculado con miembros de la banda.
