Los indicadores más altos de soledad se dan entre el grupo de entre 41 y 50 años
LLEIDA, 15 Nov. (EUROPA PRESS) -
Siete de cada diez personas atendidas y encuestadas por Cruz Roja en Lleida experimentan algún tipo de soledad y, de éstas, el 15 por ciento admiten sufrir soledad grave o muy grave, un porcentaje ligeramente inferior al del conjunto de Catalunya, que apunta a que ocho de cada diez personas atendidas por la entidad sufren algún tipo de soledad.
Éstas son algunas de las conclusiones del primer informe del 'Observatorio sobre Soledad No Deseada' que se ha elaborado a partir de las encuestas realizadas los meses de febrero a mayo de 2022 a un total de 1.511 personas atendidas por Cruz Roja, 300 personas de provincia de Lleida, según un comunicado de este martes de Cruz Roja Lleida.
Las personas que pertenecen a colectivos más vulnerables --entre los que han destacado a migrantes, personas con enfermedad o discapacidad, paradas, madres monoparentales-- presentan unos indicadores de soledad superiores a la media y, "en los casos en los que confluyen dos o más factores de vulnerabilidad la soledad aumenta exponencialmente".
Entre las personas encuestadas en Lleida, los indicadores más altos de soledad se dan entre el grupo de entre 41 y 50 años, dentro del cual un 20,7% se definen como "no solo", mientras que los indicadores más altos de ausencia de soledad se dan entre las personas mayores.
El sentimiento de soledad no se da necesariamente en personas que viven solas y está relacionado con la carencia de relaciones o de vinculación con la comunidad.
En este sentido, más de la mitad de personas encuestadas consideran que vivir solas no es bueno o que tiene más inconvenientes que ventajas, mientras que el 48,3% hacen una valoración positiva.
CAMBIOS EN LA PANDEMIA, AFIANZADOS
La visión de vivir solo es más desfavorable entre los hombres y esa diferencia se hace más acusada con la edad y a medida que aumenta el tamaño del municipio de residencia.
El informe también destaca que el 83% de las personas no disponen de ningún tipo de apoyo profesional ni tecnológico para su cuidado o el de su familia, pero este porcentaje varía en función de la edad: a partir de los 80 años, casi el 60% recibe algún tipo de servicio.
El informe pone de relieve que las restricciones impuestas durante la pandemia provocaron un incremento del sentimiento de soledad y unos cambios en las formas de relacionarnos que, "lejos de ser transitorios, tienden a convertirse en habituales".
El 18,7% de las personas ha visto incrementado el sentimiento de soledad en la pandemia, aumento que ha sido más acusado entre los hombres que viven solos y las mujeres mayores de 80 años.
Un 65% de las personas encuestadas han experimentado cambios en sus relaciones que todavía se mantienen actualmente, como reducción del núcleo de personas con las que se tiene relación o disminución de la presencialidad.
