LOS ANGELES 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
La mascota de Jennifer Aniston, Norman, desapareció recientemente durante una noche y al regresar ya no era el mismo. La actriz, muy preocupada por lo ocurrido, le llevó a un psicoterapeuta canino que ha confirmado sus sospechas: el perro tiene depresión. Mientras la medicación hace su efecto, Aniston se está volcando en mimarle todo lo que puede para conseguir que se recupere cuanto antes.
Jennifer Aniston estaba muy preocupada al comprobar que, tras una noche desaparecido, su perro no era el de siempre. Tenía cambios de humor y andaba decaído, así que rápidamente se puso en contacto con un psicólogo canino que pudiera examinar a Norman.
"Jen estaba seriamente preocupada por la salud mental de Norman después de la desaparición", afirman fuentes de la revista 'Now'. "Regresó aturdido y bajo de ánimos y a veces parecía que no la reconocía".
El diagnóstico del terapeuta confirmó sus peores sospechas: el perro "padece depresión". "Eso era lo que le hacía tener un comportamiento tan extraño", continúa la fuente.
De momento, Norman está recibiendo medicación para mejorar su estado de ánimo, y Jennifer se está esforzando al máximo en sus cuidados para conseguir que vuelva a ser el mismo de siempre.
"Ella espera conseguir que se recupere. La gente puede reírse de ella, pero Norman es verdaderamente su mejor amigo. No soporta verle así, pero es muy viejo y está empezando a aceptar que el fin está cerca", explica esta misma fuente.
Esta no es la primera vez que Norman da un susto a Jennifer debido a su estado de salud. Recientemente se ha sabido que el perro recibe una serie de tratamientos especiales para lidiar con las enfermedades típicas de su vejez -tiene 15 años, incluyendo un gasto de 180 euros semanales en masajes y acupuntura.