ESTOCOLMO, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -
Llevan casi una semana de luna de miel en la Polinesia francesa y ya han podido disfrutar de sus primeros días de casados. El periódico sueco 'Expressen' ha conseguido hablar con Victoria de Suecia y su marido Daniel Westling, quienes han compartido sus primera impresiones de su nueva vida de casados.
Aunque se ha filtrado que están disfrutando de su luna de miel en una de las 117 islas de la Polinesia Francesa, su destino exacto se ha mantenido en secreto con el fin de que los novios puedan disfrutar de sus primeros días de casados en tranquilidad. Sin embargo, el periódico sueco 'Expressen' ha conseguido en primicia las primeras declaraciones de Daniel Westling y Victoria de Suecia tras convertirse en marido y mujer el pasado sábado.
Las palabras de Victoria resumen perfectamente su felicidad tras varios años luchando contra la oposición de su padre hacia el matrimonio de la heredera sueca con su entrenador personal. "Es un sueño hecho realidad", explica la princesa. "Es algo que hemos deseado desde hace mucho tiempo. Es absolutamente fantástico".
Igual de feliz se mostró Daniel Westling. "Es maravilloso, maravilloso", explica el ex entrenador convertido en príncipe. Mucho más tranquilo y relajado, el marido de Victoria también recuerda con emoción los momentos de la boda, en los que no pudo evitar ponerse nervioso.
En los minutos previos al 'sí quiero', "estaba nervioso", explica Daniel. Sin embargo, una vez convertidos en marido y mujer y tras el emocionante discurso que ofreció a Victoria y a toda la monarquía sueca, admite que se sintió algo más "tranquilo".
Ahora, lejos de los compromisos y las funciones públicas, el recién estrenado matrimonio disfruta y descansa en una de las muchas paradisíacas islas de la Polinesia francesa, rodeado de playas de arena blanca, palmeras, aguas cristalinas, e incluso tiburones.
"Hemos visto alguno, pero los prefiero en la televisión, declara una exultante Victoria, quien confiesa que ahora, una semana después de su esperadísima boda, comienza a darse cuenta de que, por fin, ha conseguido compartir su vida con el hombre de su vida.
