Armani jamás venderá su imperio

Foto: Getty Images Ampliar foto

   MILAN, 18 Ene. (EUROPA PRESS)

   Durante la presentación de su colección otoño-invierno 2011, el diseñador italiano Giorgio Armani afirmó que nunca venderá su imperio y que, de momento, y a sus 75 años, aún no se ha planteado siquiera reducir la carga de trabajo.

   Armani, cuyo imperio tiene un valor que ronda los 1.700 millones de euros en ventas anuales, recientemente ha delegado más responsabilidades a empleados no pertenecientes a su familia, explicando que a veces "llega un momento en que uno debe delegar".

   Esto se suma a la especulación respecto a su estado de salud después de que el año pasado se le detectara una hepatitis. El propio Armani ha mantenido a los inversionistas en vilo sobre el futuro de la empresa, planteándose si vender o no su imperio. Sin embargo, y a pesar de las especulaciones y los rumores, el propio diseñador negaba por completo estas informaciones.

   "Yo no voy a vender nunca. Porque no lo necesito y no quiero hacerlo", explicó en una entrevista al periódico italiano Corriere della Sera, publicada el día del lanzamiento de su colección otoño-invierno de su línea Emporio Armani.

   "Tampoco me voy a hacer a un lado, hasta donde pueda, y toco madera, voy a mantener este ritmo (...) No me interesa un bledo una jubilación dorada, no sabría qué hacer con ella", añadió.

   El diseñador, que comenzó su carrera como diseñador con su propia colección hace más de 30 años, es uno de los más conocidos en la industria de la moda, del diseño interior, de la industria hotelera y de la cosmética.

   "Esta es mi vida, no tengo otra y no quiero ninguna otra. Si pudiera, lo único que cambiaría sería mi edad", explicó Armani en su entrevista.

   Entre sus últimos proyectos se encuentra el diseño del hotel más alto del mundo, el Burj Khalifa en Dubai, proyecto que el italiano describe como "una cosa especial (...) una especie de monumento sobre lo que he hecho en mi vida".

   El edificio Burj Khalifa abrió sus puertas el 4 de enero y fue desarrollado por Emaar Properties, una compañía de riesgo compartido con un 31,2 por ciento de participación del endeudado Gobierno del emirato.