Porque no hay nada mejor que la sencillez de una margarita

Las margaritas necesitan la luz del sol.
EP
Actualizado: jueves, 20 agosto 2009 13:30

El encanto de flores como las margaritas reside precisamente en la sencillez de estas plantas y en la facilidad de su cuidado y cultivo. Constituyen una especie muy común, pues sus flores son de sobra conocidas por la mayoría de la gente.

No por ser una planta habitual, pierde algún mérito ya que a la vez son también muy demandadas para ser colocadas en jardines, jarrones para decorar el interior de la casa o simplemente para regalar como flores cortadas, las margaritas son en definitiva una especie muy bien recibida.

Características principales

Entre los requisitos básicos que necesitan estas flores para desarrollar un crecimiento óptimo están la necesidad de recibir luz del sol, residir en un suelo rico y fresco a la vez y mejor en lugares que estén protegidos.

No obstante, estamos acostumbrados a ver habitualmente estas flores en cualquier zona de campo, bosques y demás lugares en los que las margaritas crecen de manera espontánea y natural lo que significa que son plantas autóctonas de muchas regiones y eso incrementa la facilidad de su cultivo y las posibilidades de que plantadas de manera artificial salgan adelante, porque ante todo son flores sencillas muy con una estructura de las más primitivas.

Entre las especies que tienen esta forma están el áster, el crisantemo y le coronado, las tres pertenecen a la misma familia y tienen en común los mismos cuidados y requisitos necesarios para salir adelante.

Los cuidados básicos que deben recibir estas plantas serán el riego a falta de lluvia, un suelo bien abonado es imprescindible y retirar siempre los hierbajos que pueden salir alrededor así como las flores que se vayan marchitando. Siguiendo estas pautas tan sencillas las margaritas saldrán con éxito adelante.

Para multiplicarlas siembra en primavera en semillero o al aire libre, y en verano prueba a multiplicarlas por esquejes de las ramas que no tengan flores. Y no olvides que el riego debe ser copioso durante la floración, eso sí, evitando empapar el suelo.

Combinar por colores

A la hora de plantar estas especies puedes hacerlo mezclando unas con otras, la variedad de sus colores lo permite, ya que puedes encontrar aster en morado, malva rosa, azul, rojo etc. Que combinan de maravilla con los crisantemos y los coronados porque constituyen un grupo de más de doscientas especies anuales y perennes.

Las puedes colocar formando macizos, en grupos, fusionando unas especies con otras hasta conseguir un exclusivo conjunto que incluya diversas especies y en el que se mezclen los colores. Asimismo esta familia se puede combinar con otras plantas vivaces, ya sean anuales o bianuales, incluso con especies como los setos, el resultado será una preciosa exhibición de tonalidades y formas diferentes que decorará en gran medida el jardín.

Puedes plantar los macizos tanto en macetas como directamente en el suelo del jardín ya que las necesidades de estas plantas tanto de luz, como de agua y del tipo de suelo son las mismas. Para que los macizos prosperen adecuadamente habrá que estar pendiente de retirar las malas hierbas y las flores marchitas cuando sea necesario.

Condiciones que hay que evitar

Las heladas y el frío son dos factores negativos que hay que evitar en el cuidado de estas flores, así como el encharcamiento del suelo en la época de lluvias. Por otro lado, la sequía del verano es otro enemigo a combatir porque puede destruir tallos y flores provocando la muerte de la planta.

La sombra, ya sea total o parcial debe evitarse también, intentando que el sol llegue a las margaritas lo máximo posible. Respecto al suelo, estas flores adoran los terrenos bien abonados y trabajados, preferentemente húmedos a la vez que drenados.

Protege las plantas del viento y coloca si es necesario tutores para que soporten bien los largos tallos de las flores. Tampoco las plantes muy juntas, es mejor respetar las distancias para que crezcan bien.