Maxim Huerta: "Las críticas por el caso Mari Luz escondían muchos celos"

El Periodista Maxim Huerta
JOSEFINA BLANCO
Europa Press Chance
Actualizado: miércoles, 29 junio 2011 14:49

MADRID 29 Jun. (Por Alba González) -

Divertido y romántico. Así se define este valenciano de 40 años recién cumplidos. Màxim Huertas, reconoce estar en una de las mejores etapas. Hasta el momento, está enamorado de la vida pero nadie en especial llena su corazón. Aún así, reconoce que él se levanta cada día sabiendo que ese será el día en que se enamore.

En lo profesional, no puede estar más contento. Su segunda novela, 'El susurro de la caracola', cuenta una historia de amor sin límites y ya va por su tercera edición. Las críticas son inmejorables y, de hecho, son muchos los que piden a gritos que se haga película.

Màxim a su vez continúa cada mañana junto a Ana Rosa. Para ella solo tiene palabras agradables y afirma que no imagina estar en otro programa que no sea el suyo.

- ¿Qué se van a encontrar los lectores en 'El susurro de la caracola'?

- La novela contiene un secreto tan importante para el lector y la protagonista que me resulta difícil hablar de ella. Cuando descubres ese secreto cambia por completo la visión de la novela. Es un libro que habla del destino, la casualidad, del azar y que habla muchísimo de mujeres, de soledad y de una mujer que quiere cambiar su destino a toda costa porque no quiere repetir los errores de su madre, de su abuela. Quiere vivir su vida y decidir por primera vez algo que se esconde detrás de su familia.

- Leí que tu inspiración para escribir esta novela llegó un día que te miraste en un espejo y viste que te parecías mucho a tus padres.

- Sí. Fue un día afeitándome y yo, que me afeito muy poquito, de pronto al mirarme me di cuenta que hay un momento en nuestra vida en que nos parecemos mucho a nuestros padres, aunque no queramos. Entonces te pareces a tu padre, como tu padre se parece a tu abuelo. Te pareces a tus padres genéticamente y entonces me quedé pensando, ¿cuantas cosas habré hecho de ellos? ¿Cuántas veces habré vivido las mismas historias que ellos y habré repetido el destino, sin darme cuenta? Y entonces me dije, si quisiera cambiar la línea de mi familia ¿Qué pasaría? Y entonces, empecé a escribir...

- ¿Cuál ha sido la mejor crítica que has recibido y quién te la ha hecho?

- Marta Fernández (presentadora de Las mañanas de Cuatro) me llamó tarde y me dijo: 'He tardado media hora en llamarte porque estaba llorando'. Ana Rosa me dijo que se parecía a las películas de Pedro Almodóvar porque hablaba de secretos y de mujeres. El público en general se está volcando tanto. Me envían a través de twitter y mensajes muchas felicitaciones y, hasta el momento, no he recibido ninguna crítica.

- Pero este libro tiene mucho de soledad...

- Sí, habla de soledad femenina, de mujeres que están en casa. De mujeres que tienen que mentir para ser felices.

- Esos ejemplos, ¿Están sacados de mujeres reales?

- Yo he vivido rodeado de mujeres. En mi familia hay muchísima mujer. Mi madre tiene mucho peso, mi abuela, mis tías, mis primas... He vivido y vivo rodeado de mujeres. Los aromas, los colores, la cocina, la costura, lo he cogido de lo que he vivido en mi familia.

- ¿Qué diferencia esta novela de la anterior?

- Esta novela les pellizca a todos muchísimo en los sentimientos. Le conté la historia antes de escribirla a dos amigos y me dijeron que iba a llorar muchísimo escribiéndola. Yo pensé que era una tontería eso porque yo era el que había inventado la historia y, efectivamente, hubo un momento en que la historia me destrozó y no pude continuar. Tuve que parar para seguir escribiendo.

- En 'El susurro de la caracola', ¿Hay más Maxim que en tu primera obra?

- La primera novela era una novela frívola que hablaba de amor y televisión. Ahí podían ver la parte más televisiva que hago. En esta es cuando cierro la puerta, apago las luces del camerino y me quedo en mi casa, es esta novela. Una novela de la intimidad o los sentimientos que yo pueda tener. Es una novela de lo que yo he vivido porque soy muy observador. Me gusta mucho observar, sobre todo a las mujeres.

- Bibiana Fernández ha definido tu novela como una historia de amor sin límites. ¿Has vivido tú alguna vez una historia así?

- Afortunadamente sí. Amores al límite he procurado tenerlos todos. Si no los llevas al límite no es amor. Dure un mes, un fin de semana o dieciséis años. La vida dura lo que dura y no sabes que va a pasar, por tanto, hay que darlo todo.

- ¿Hay más proyectos literarios?

- Ya estoy trabajando en la tercera novela. Hay título, personajes y tengo bastante escrito. No tendrá tampoco nada que ver con las otras y estoy emocionado, la verdad. También colaboro en un capítulo del próximo libro de Ana Milán que habla sobre el amor y el sexo. El libro de Ana creo que saldrá en septiembre pero para el mía queda. Lo importante es que ya no tengo miedo a la página en blanco.

- Además de tu faceta literaria continuas en el programa de Ana Rosa. Esta es ya tu sexta temporada. ¿Qué tal está yendo todo?

- Nunca había sido tan feliz en el programa. Creo que es la mejor temporada. Nunca había tenido tanta comodidad en el plató. Creo que estamos haciendo el programa mejor que nunca. Yo entré en el programa con muchísimo miedo, muchísimo pudor. Tenía miedo a caminar, a hablar. Tenía mucha vergüenza porque había estado detrás de una mesa de informativos durante 7 años. Ahora, por fin, disfruto del programa.

- ¿Ana Rosa te ha ayudado?

- Ella es una mujer muy generosa cuando trabajas con ella. Te contagia de buen rollo, te provoca, te pica, ironiza contigo. La complicidad que hay entre los dos, no es de matrimonio pero casi, casi. Son muchos días, muchas horas...

- Aún así ¿no crees que la gente puede seguir viendo a Ana Rosa como una persona distante?

- No me lo imaginaba. Es posible que al principio sea así pero creo que es un método de defensa y que todos, al fin y al cabo, somos un poco así. Yo, de todas formas, he perdido la percepción de como se ve el programa desde fuera pero Ana es muy generosa, muy divertida, muy bromista, muy amable a la hora de preguntarte por tu familia, nos cuenta cosas del día a día, de sus hijos. Cuando te pregunta algo es porque realmente le interesa saber qué tal estás. En el tú a tú, Ana es muy cercana.

- ¿Cuál es tu relación con los demás compañeros?

- En Joaquín Prat he encontrado un amigo, un compañero de televisión maravilloso, a un tío que me ha ayudado en los momentos difíciles y que se ha portado como un hermano cuando nadie sabe que he necesitado un abrazo.

Y con quien tengo amistad es con Bibiana Fernández. Yo muero por los huesos de Bibiana, repito cada frase que dice, para mí es mi gurú. Lo que dice Bibiana va a misa. Además, el otro día fui a ver su obra con Loles y me hice una herida en la cabeza porque me di con la butaca de enfrente de tanto reírme. Los guionistas de la película son amigos míos y me dijeron que la próxima obra me la escribían a mí.

- ¿Harías teatro?

- ¿Yo?, ¡encantado! Pero, sobre todo, me encantaría que 'El susurro de la caracola' fuera película. Verónica Forqué me llamó el otro día y me dijo que no tardaría en serlo.

- Dices que está siendo una de las mejores temporadas pero también habéis sido muy criticados por el 'caso Mari Luz'. ¿Cómo habéis vivido el equipo esas críticas?

- Yo estaba tan tranquilo de que habíamos hecho el trabajo bien. Fue una mujer que de repente se derrumbo y que confesó en directo, le puede pasar a cualquier periodista. Me parecieron muy injustas las críticas de determinada prensa, me pareció que escondía cierta envidia y varios prejuicios a la televisión y a los presentadores. Si eso sucede en prensa lo hubieran vendido como la exclusiva del año. Hubo mucho prejuicio y algunos pidieron perdón. Esas críticas escondieron muchos celos profesionales.

- ¿Lo visteis como un intento de bajaros del trono?

- Si eso hubiera pasado en mitad de unos informativos no hubiera pasado nada pero pasó en un programa de las mañanas. Desde espacios parecidos al nuestro se criticó cuando ellos habían hecho lo mismo. Me parece muy caradura, pero bueno.

Contenido patrocinado