MADRID, 30 Sep. (OTR/PRESS) -
En enero de 1982 Sebastián Álvaro estrenó 'Al filo de lo imposible', un espacio convertido hoy en uno de los programas más prestigiosos y longevos de la televisión, tras 27 años en antena. Su pasión por el riesgo y la aventura le ha llevado a las cimas más altas del planeta, a los Polos y a formar parte de diferentes expediciones submarinas y espeleológicas. Álvaro es ya el periodista y montañero más premiado de la historia de la televisión.
Su última aventura fue la participación en el rescate de Óscar Pérez en el Himalaya. A primera vista, su valoración fue trágica: "Me di cuenta de que estábamos jugando un partido que sabíamos que íbamos a perder". Además, tras el intento fallido de salvar a Pérez, malherido a siete mil metros de altura, el montañero asegura que "parar el rescate fue una de las decisiones más duras de mi vida".
A pesar de llevar treinta años al frente de 'Al filo de lo imposible', Álvaro aclara que "la rutina mata a la vida y, además, la acorta en intensidad". Por ello, el periodista explica que todavía tiene "viajes imposibles" porque quiere hacer "el último de los grandes vuelos, en globo aerostático, que quedan por hacer en la tierra: sobrevolar el K-2".
Sin embargo, no duda en confesar que en estos últimos treinta años de aventuras televisadas es un alivio llegar a casa: "cuando vengo de un viaje largo, llegar a casa y dormir en tu cama, abrir el grifo y que salga agua caliente, encender el interruptor de la luz, ir a la nevera, quedar con los amigos y tomar algo... son momentos de intensidad. Si no los aprecias, la vida pasa por ti y tú no te has enterado", en declaraciones a la revista 'Semana', recogidas por Otr/press.
Incansable y valiente, Sebastián dice que "nunca" se ha acostumbrado a ir con la muerte pisando sus talones. "La he visto de cerca por lo menos en siete ocasiones y ha sido duro ver morir a la gente que quieres", agrega. Por ello, precisamente, también añade que "los hijos tienen vidas diferentes a las que nosotros planificamos" y se muestra firme en sentenciar que "sinceramente, no me gustaría que mi hijo fuera alpinista".
A sus 59 años, Álvaro fue prejubilado el pasado año, aunque actualmente se le puede escuchar en 'El Larguero', programa de la Cadena Ser. Asimismo, continúa formando parte de proyectos científicos y de cooperación a la cabeza de los mejores equipos de aventura españoles. "Uno es montañero siempre. Trabajo más que antes. Ya sabes que los que somos nómadas, después de quince días en casa necesitamos volver a viajar...", concluye el montañero y periodista.
