El canto del cisne de una nube de gas llegando al centro galáctico

Imagen NIRC2 y de óptica adaptativa del Observatorio Keck tomada en verano de 2021 que muestra las estructuras de gas y polvo en el centro galáctico, incluidos los objetos G y X7.
Imagen NIRC2 y de óptica adaptativa del Observatorio Keck tomada en verano de 2021 que muestra las estructuras de gas y polvo en el centro galáctico, incluidos los objetos G y X7. - A. CIURLO ET AL./UCLA GCOI/W. M. KECK OBSERVATORY
Actualizado: miércoles, 22 febrero 2023 9:24

   MADRID, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Dos décadas de seguimiento revelan que una peculiar nube de gas apodada X7 está siendo disgregada a medida que acelera hacia el agujero negro supermasivo situado en el centro de nuestra Vía Láctea.

   Los astrónomos de la Iniciativa Orbital del Centro Galáctico (GCOI) de la UCLA y del Observatorio Keck llevan siguiendo la evolución de este polvoriento filamento de gas desde 2002; las imágenes infrarrojas cercanas de alta resolución angular captadas con el potente sistema de óptica adaptativa del Observatorio Keck muestran que X7 se ha alargado tanto que ahora tiene una longitud de 3.000 veces la distancia entre la Tierra y el Sol (o 3.000 unidades astronómicas).

   El estudio se publica en The Astrophysical Journal.

   "Se trata de una oportunidad única de observar los efectos de las fuerzas de marea del agujero negro en alta resolución, lo que nos permite comprender mejor la física del entorno extremo del centro galáctico", afirma en un comunicado Anna Ciurlo, investigadora adjunta de la UCLA y autora principal del estudio.

   Las fuerzas de marea son la atracción gravitatoria que estira un objeto que se aproxima a un agujero negro; el lado del objeto más cercano al agujero negro es atraído con mucha más fuerza que el lado más alejado.

   "Es emocionante observar con tanto detalle cambios significativos en la forma y dinámica de X7 en una escala de tiempo relativamente corta, a medida que las fuerzas gravitatorias del agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea influyen en este objeto", afirma Randy Campbell, coautor del estudio y responsable de operaciones científicas en el Observatorio Keck.

   X7 tiene una masa de unas 50 Tierras y se encuentra en una trayectoria orbital alrededor del agujero negro de nuestra galaxia, llamado Sagitario A estrella, que tardaría 170 años en completarse.

   "Anticipamos que las fuertes fuerzas de marea ejercidas por el agujero negro galáctico acabarán destrozando a X7 antes de que complete siquiera una órbita", afirma Mark Morris, coautor del estudio y profesor de Física y Astronomía de la UCLA.

   Basándose en su trayectoria, el equipo calcula que X7 se acercará a Sagitario A estrella alrededor del año 2036 y se disipará por completo poco después. El gas y el polvo que constituyen X7 acabarán siendo arrastrados hacia Sagitario A estrella y más tarde podrían provocar algunos 'fuegos artificiales' al calentarse y entrar en espiral en el agujero negro.

   Estos hallazgos constituyen la primera estimación de la trayectoria orbital ligeramente excéntrica de X7 y el análisis más sólido hasta la fecha de los notables cambios en su aspecto, forma y comportamiento. Para observar X7, el equipo utilizó el espectrógrafo de imágenes infrarrojas con supresión de OH (OSIRIS) y la cámara de infrarrojo cercano de segunda generación (NIRC2) del Observatorio Keck, en combinación con los sistemas de óptica adaptativa de los telescopios Keck I y Keck II.

   X7 muestra algunas de las mismas propiedades observacionales que otros extraños objetos polvorientos que orbitan Sagitario A, denominados objetos G, que parecen gas pero se comportan como estrellas. Sin embargo, la forma y la estructura de velocidad de X7 se han transformado de forma más drástica en comparación con los objetos G. El filamento alargado de gas y polvo se mueve con rapidez, alcanzando velocidades de hasta 490 millas por segundo. Debido a la masa extremadamente grande del agujero negro, todo lo que se encuentra en sus proximidades se mueve mucho más rápido de lo que solemos ver en cualquier otro lugar de nuestra galaxia.

   Aunque el origen de X7 sigue siendo un secreto por desvelar y confirmar, el equipo de investigadores tiene algunas pistas sobre su posible formación.

   "Una posibilidad es que el gas y el polvo de X7 fueran expulsados en el momento de la fusión de dos estrellas", explica Ciurlo. "En este proceso, la estrella fusionada queda oculta dentro de una envoltura de polvo y gas, lo que podría encajar con la descripción de los objetos G. Y el gas expulsado quizá produjo objetos similares a X7".