MADRID, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -
La formación de estrellas está ocurriendo a nuestro alrededor. La Vía Láctea está repleta de nubes de polvo y gas que podrían convertirse en el vivero de la próxima generación de estrellas.
Gracias al observatorio espacial Herschel de la ESA, es posible observar el interior de estas nubes y ver lo que está pasando en realidad, según destaca la ESA en un comunicado.
En la búsqueda de sitios de futura formación de estrellas, los astrónomos se centran en los puntos más fríos de la Vía Láctea. Esto se debe a que antes de que las estrellas activen el gas que va a formar su mole, deben colapsar juntas. Para conseguir eso, tiene que ser un proceso frío y lento, por lo que no puede resistir la gravedad.
Así como gas, también hay polvo. Esto también es extremadamente frío, tal vez sólo 10-20 grados por encima del cero absoluto. Para los telescopios ópticos aparece completamente oscuro, pero el polvo se revela en longitudes de onda del infrarrojo lejano.
Una de las sorpresas es que las partes más frías de la nube forman filamentos de nubes que se extienden a través de las partes más calientes de la nube. Esta imagen muestra un filamento de nubes frías, conocida por los astrónomos como G82.65-2.00. El filamento azul es la parte más fría de la nube y contiene 800 veces más masa que el Sol. El polvo en este filamento tiene una temperatura de -259ºC. A esta temperatura baja, si el filamento contiene suficiente masa, es probable que colapsará para la formación de estrellas.
Esta imagen es un código de colores para que la longitud de onda infrarroja más larga, que corresponde a la región más fría, se muestre en azul, y la longitud de onda más corta, lo que corresponde al polvo ligeramente más cálido, se muestre en rojo.El campo de visión mostrado aquí es un poco más de dos veces el ancho de la Luna llena.
Es una de las 116 regiones del espacio observadas por Herschel como parte del proyecto Galactic Cold Cores. Cada campo se eligió porque el asignador de microondas cósmicas de fondo de la ESA, Planck, mostró que estas regiones de la galaxia poseían polvo extremadamente frío.