MADRID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
La "barriga" de los hombres adultos, que consiste en la acumulación
de grasa en la parte central del cuerpo o grasa visceral, puede
constituir un factor de riesgo para el desarrollo de diabetes tipo
II, según señaló el profesor Peter Arner, doctor en el Karolinska
Institute (Suecia).
El doctor Arner, que asistió al curso "La obesidad: Asignatura
Pendiente en el Tratamiento del Paciente con Diabetes Tipo II",
clausurado este fin de semana en Madrid, informó de que, aunque se
desconocen aún las razones que podrían asociar la grasa visceral con
la aparición de diabetes tipo II, existen ciertos síntomas que
acompañan a este tipo de obesidad, como es la hipertensión, la
hiperglucemia o los niveles altos de insulina. En el proceso
metabólico, explicó el experto, el músculo puede usar la glucosa o
los ácidos grasos para la oxidación.
Sin embargo, cuando hay exceso de ácidos grasos, el músculo los
utiliza en detrimento del uso de glucosa, lo que provoca un aumento
de la misma y la aparición de la diabetes. "Es una hipótesis aún muy
controvertida", señaló Arner, aunque "tiene su importancia para los
pacientes obesos". Estos ácidos grasos pueden interactuar también con
la función pancreática, provocando que el páncreas produzca menos
insulina. Así, a mayor nivel de ácidos grasos, peor funcionamiento
del páncreas. Según el doctor Arner, los pacientes con obesidad
central tienen mucha cantidad de ácidos grasos, lo que también
influyen en el hígado, debido a que, en su opinión, provoca que éste
órgano desarrolle una insulinorresistencia.
Por otra parte, este experto señaló que las células grasas
viscerales o ubicadas en el abdomen son "más activas" que las que se
ubican en los glúteos o en la región subcutánea abdominal. Esto
significa que en la región visceral, por unidad de tiempo, se acumula
y se descompone mayor cantidad de grasa que en resto de las regiones
corporales. En este sentido, Arner señaló que en los hombres, la
acumulación de grasa visceral es más peligrosa que en las mujeres,
cuya grasa se acumula "más uniformemente" y en otras regiones del
cuerpo. Además, la masa visceral en el hombre es dos veces más
cuantiosa que en la mujer, proporción que aumenta cuando se trata de
personas obesas.
Por este motivo, señaló Arner, "las mujeres obesas tienen menos
complicaciones metabólicas que los hombres obesos". Para evitar que
la "barriga" se convierta por tanto en un factor de riesgo para los
hombres, hayan desarrollado o no obesidad, Arner recomendó la
reducción del peso corporal, que provoca que la glucosa en la sangre
se reduzca, y la mejora en el control metabólico.
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(EUROPA PRESS)
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