MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las células madre de la médula espinal originan el cáncer de estómago, según un estudio de la Escuelas de Medicina de las Universidades de Massachusetts, Nashville y Columbia (Estados Unidos) y de la Universidad de Tokio (Japón) realizado en ratones que se publica esta semana en la revista 'Science'.
Según Timothy C.Wang, jefe del Departamento de Enfermedades Digestivas y de Hígado y profesor de Medicina del Colegio Universitario de Médicos y Cirujanos de Columbia además de autor responsable del estudio "este fue un descubrimiento inesperado, que conduce a la reevaluación de las asunciones actuales sobre cómo se originan todos los tumores". Para Wang las implicaciones de este estudio pueden conducir a nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento para muchos tumores, particularmente aquellos que se han relacionado con la inflamación crónica como los de estómago, esófago, pulmón, páncreas o hígado.
Una opinión común entre los especialistas de cáncer es que la mayoría de los tumores se originan a partir de tejidos de células madre. En el caso del tumor gástrico los expertos consideraban que la enfermedad procedía de las células madre gástricas contenidas en las paredes del estómago.
Los resultados del estudio mostraron que la infección crónica con 'Helicobacter pylori' ('H.pylori'), un tipo común de bacteria conocida por causar inflamaciones y úlceras en el estómago y lesiones cancerosas, conduce a la muerte de la mayoría de las células normales del estómago. Como resultado, las células madre de la médula espinal acuden a intentar reparar el lugar. Estas células madre, que de alguna manera son proclives a transformarse, progresan hasta convertirse en células tumorales de estómago.
Los científicos inyectaron células de la médula espinal en ratones, para después inducir una inflamación crónica utilizando la 'H.pylori' y rastrear la actividad de las células inyectadas. Los investigadores descubrieron que las células de la médula espinal podían repoblar la mucosa gástrica y contribuir a una proliferación celular anormal y a la larga formar células tumorales.
Los expertos esperan utilizar este descubrimiento para planificar modelos de detección para personas con alto riesgo de sufrir cáncer y trasladar estos descubrimientos a tratamientos que específicamente tengan estas células como diana.